El 15 de mayo de 1994 llegó lo que Levante de Castellón definió como «El desastre». Y es que el Castellón falló ante el Compostela, que según la crónica «se limitó a aprovechar los regalos locales para ganar el partido», y acabó en Segunda B. El partido acabó en 1-2.
Aquello fue «un entierro de segunda», según escribió Pepe Beltrán, quien relató en una amplia crónica el descenso a los infiernos del club albugíneo...
«El Castellón ha acabado con sus huesos en la segunda división B. La inesperada derrota ante el Compostela ha dejado las cosas en su sitio, y después de devolver la ilusión a la afición, los albugíneos volvieron por sus fueros para dejar constancia de que se trata de uno de los peores conjuntos de la categoría», se pudo leer en las páginas de este rotativo.
En la crónica se resaltaba que era imprescindible ganar aquel partido «como fuera, y los seguidores locales pusieron todo de su parte para lograrlo. Quien se olvidó de ello fue, precisamente, el equipo, Lo intentó, corrió y luchó perdió poco más. De fútbol, nada de nada».
Y el descenso del equipo a Segunda B sirvió también para reavivar una crisis que venía de lejos... y se resaltaba que la gestión económica, al igual que la deportiva, también había sido «pobre» y que ahora el club se encontraba con unos números rojos que sumaban 350 millones de pesetas, es decir, unos 2,1 millones de euros.