El fotógrafo Xavier Mollà retrató con su cámara el rostro de cada uno de los habitantes de Carrícola y plasmó las 147 instantáneas en una obra publicada en 2012 que el próximo martes se presenta en el Museo de Bellas Artes de Valencia. La iniciativa, impulsada por el propio Mollà sin ningún apoyo económico, tiene escasos referentes previos y fue apadrinada por Romà de la Calle, presidente de la Real Academia de Sant Carles. Un audiovisual sobre el proceso de plasmación de las imágenes redondea un proyecto que se ha revelado como un testimonio antropológico de primer orden para mostrar cómo es un pueblo cuándo el tiempo se detiene. De ahí que el interés de La circumstància de Carrícola vaya mucho más allá del ámbito de la fotografía y de las fronteras de esta pequeña población de la Vall d´Albaida. Mollà lo define así: «Paramos la historia y el tiempo para mostrar cómo era la población en un momento dado».
El Ayuntamiento de Carrícola brindó al fotógrafo todo su respaldo para conseguir reunir a la mayor cantidad posible de personas ligadas al pueblo, fueran residentes, exresidentes o ocasionales veraneantes. «Al final conseguimos retratar al 95% de la población», apunta orgulloso el creador. Los que decidieron no participar, se arrepintieron al ver la obra. «Al principio creían que yo era un retratista ambulante, pero al ver el libro se han dado cuenta de la trascendencia y el valor sociológico que puede tener esto en un futuro», añade Xavier Mollà. El artista hizo desfilar a cada uno de los vecinos de Carrícola ante la retina de su cámara a lo largo de un total de 10 sesiones fotográficas. Para evitar el caos, el consistorio reguló los turnos y repartía los números. «Fue como una consulta médica», bromea Mollà, que señala que sin la implicación del ayuntamiento el proyecto «no hubiera sido posible». La alcaldesa, Susana Chàfer, consiguió ilusionar y convencer a casi todos los habitantes con la idea. Personas de todas las edades „desde un bebé de 15 días hasta una anciana de 89„ se convirtieron en modelos por un día. Tras 5 minutos de instantáneas en blanco y negro, regresaron a la vida real.