Francesc Arabí, Valencia

-¿La comisión que usted preside es un ejemplo de aquello de "si no sabes qué hacer con el problema crea una comisión para marear"?

-Alarte me dijo que quería que junto con otros compañeros me encargara de llevar el partido en la ciudad para, hablando en términos de la Guerra Civil, hacer la guerra y la revolución a la vez. La ejecutiva nacional cree que a la ciudad hay que agitarla. Las ejecutivas de Valencia han hecho lo que han sabido y podido, pero es evidente que no ha sido suficiente. Pretenden que la incorporación de más militantes y una forma de trabajar más pegado a la realidad sean un revulsivo.

-Al disolver la estructura de poder y retrasar el congreso, Alarte mató dos pájaros de un tiro: cortó el paso al crítico Romeu y fulminó el control de Rubio y Ábalos.

-La estructura estaba en régimen de tolerancia. El congreso había decidido otra forma de actuar políticamente y había que ponerla en marcha. Los plazos estaban más limitados y se necesitaba tiempo. El compañero Romeu tendrá todas las posibilidades y garantías que le permita su acción política, no tiene por qué sentirse coartado. Y al compañero Rubio el proceso no le ha pillado por sorpresa.

-Pero las formas son mejorables.

-No tengo inconveniente en decir que las organizaciones fallamos en las formas, que son fundamentales. Es una cuenta pendiente hacer un reconocimiento explícito a la dedicación de centenares de militantes que se han dejado la piel pegando carteles, como interventores o apoderados estos años.

-De no ser porque tiene más de 20 años podría ser secretario general con este discurso integrador.

-Tengo 56 años, no aspiro a tener ninguna responsabilidad cuando acabe el proceso. Es más, si me la ofrecieran tampoco la aceptaría. Es verdad que cualquier persona que lea la prensa sabe que hay una incorporación de jóvenes a tareas de responsabilidad. Eso no ha de verse como una amenaza sino como una oportunidad.

-Parece que las nueves generaciones llegan con hambre de carne cruda de viejo.

-Los veteranos tenemos que dejar paso y los jóvenes han de asumir protagonismo porque es positivo y ley de vida, pero sin atropellos ni a base de empujones y codazos.

-¿Conoce a alguien que sepa qué se va a hacer en el PSPV de Valencia? Lo único seguro es que en 2011 volverán a perder.

-Eso es una maldad. No está escrito que vayamos a perder en 2011. Todas las encuestas dan que la brecha electoral se acorta.

-Entonces, ¿Cuántas agrupaciones se harán? ¿Quién pagará las sedes nuevas que se crearán?

-Lo hemos explicado en todas las agrupaciones donde hemos ido a dar la cara y recibir críticas por la forma, que no por el fondo. Saldrán las agrupaciones que decida la ejecutiva nacional tras escuchar la propuesta de la comisión delegada. Lo antes posible haremos una radiografía del partido escuchando a todos los que quieran venir a ser entrevistados uno a uno.

-¿Y todo esto para qué?

-Para hacer un partido más pegada al terreno, algo que hemos descuidado. Hay que ir al AMPA del colegio a decir que podemos serles útiles, ir a las asociaciones a hablarles del solar sin vallar, de la frecuencia de paso de autobuses, etc.

-O sea, proselitismo de Testigos de Jehová.

-Me conformaría con que las siete u ocho entidades del barrio sepan que del PSPV han ido, han dado su teléfono y están dispuestos a afrontar los problemas del barrio con la infraestructura del partido.

-Quieren hacer una campaña para doblar la militancia. ¿Hay 2.000 personas de izquierdas en Valencia que no conozcan el partido?

-Este partido es muy transparente. Los medios de comunicación saben mucho de nosotros y eso en principio no es malo, pero a veces salen informaciones que no nos favorecen. ¿Que hay hábitos y conductas francamente mejorables en este partido? Sí ¿Que creo que estamos dando un mensaje de que queremos mejorar nuestra forma de relacionarnos con los ciudadanos? También. Los 2.000, 1.500 o 700 que quieran incorporarse, bienvenidos sean.

-Tanto que se condena la práctica de afiliar a tíos y suegras para ganar asambleas y ahora habrá que afiliar hasta a primos terceros.

-No hay que satanizar, ya me gustaría a mí que todos los militantes de este partido pudieran exhibir que son capaces de tener a cuatro o cinco de su familia afiliados. Dicho eso, se ha demostrado que es insuficiente y debemos ser capaces de trascender nuestro espacio familiar y a eso va la campaña de captación de militantes.

-Si usted fuera Jorge Alarte ¿habría integrado a los sectores críticos que perdieron el congreso?

-Alarte integró en su ejecutiva a personas que apoyaron a otras candidaturas. Otra cosa es si es suficiente. No tengo inconveniente en decir que soy proclive a las integraciones pero supeditado a que haya voluntad real de integrarse para trabajar. Quien gana ha de ser magnánimo y quien se integra, alejarse de posiciones maximalistas.

-Parece que Carmen Alborch tampoco repetirá. Es ley del PSPV.

-No lo sé. Lo que está claro es que hay que buscar el que más valor añada a la marca.

-¿Alborch tiene derecho a una segunda oportunidad?

-Todo el mundo, si demuestra que ha aprovechado la primera.

-Se ve que nadie la aprovecha.

-Hay personas que por su cargo tienen acceso a datos que los lleva a pensar en hacer excepciones. También le digo que no podemos fiarlo todo a la campaña. No se ganan elecciones por una campaña.