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Muere un hombre tras recibir dos cornadas de un toro en Massamagrell

El hombre era aficionado a los espectáculos taurinos pero según los testigos no estaba en condiciones para salir al recinto

Muere un hombre tras recibir dos cornadas de un toro en Massamagrelllevante-emv.com

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Julián Alarcón era muy conocido en Massamagrell, su localidad natal y donde un toro acabó con su vida durante los festejos el sábado por la noche. Tal como adelantó Levante-EMV ayer, el toro le corneó dos veces y fue trasladado de inmediato al hospital Clínico de Valencia donde le intervinieron de urgencia, pero los médicos no pudieron salvar su vida. Con él ya son tres los fallecidos este verano en espectáculos taurinos.

Juli, como le conocían en el pueblo, era aficionado a salir a las vaquillas y participaba en todos los actos relacionados con los toros en Massamagrell, según comentó ayer la hermana del fallecido, Mari Carmen. "Nunca nos llegamos a imaginar que podía pasar algo así", relató tras enterarse de la noticia. Otro familiar sí consideró la posibilidad de que algo grave le ocurriese alguna vez "porque ya se sabe, si te arrimas a un toro puede pasar cualquier cosa".

Advertencias

Según explicó una testigo de la fatal cogida, Rosa Ruiz, los miembros de la peña Els Jovens le increparon hasta en tres ocasiones para que saliera del recinto "ya que el hombre no estaba en condiciones, no iba muy bien", pero el vecino no hizo caso. En el momento de la cogida "Juli iba a darle un pase al toro, en ese momento se cayó al suelo y el astado fue a por él", relató la mujer que presenció la cornada. Los aficionados que se encontraban en la zona cuando ocurrió el accidente gritaban a Juli que no se moviera. "¡No te levantes, no te levantes!", manifestaron los testigos, pero el animal se le abalanzó.

Lo sucedido después "fue muy duro", hasta el punto de que Rosa, que veía el espectáculo taurino desde su balcón, se metió en su casa horrorizada. Todos los que estaban en la calle Primero de Mayo pensaron que no saldría de ésta, según la misma fuente. El toro le empitonó y le dio dos volteretas en el aire. La sangre le cubrió todo el cuerpo, pues recibió dos cornadas muy graves: una en la zona abdominal con rotura de la bolsa intestinal y otra en el abductor de la pierna derecha, según informaron fuentes policiales.

En ese momento entre varias personas, según los testigos, cogieron al toro y dos más se llevaron a Juli hacia el otro lado de la calle. "La ambulancia salió enseguida y lo trasladaron al Clínico", según manifestaron fuentes policiales. Una vez en el centro hospitalario, los servicios de Urgencias tuvieron que realizarle una intervención quirúrgica de la que ya no salió con vida, dada la gravedad de las heridas.

Toros embolados

A partir de las doce de la noche comenzó a oirse por Massamagrell que Juli había fallecido y aún así los cuatro toros embolados que tenían previsto sacar a la calle continuaron con normalidad. Se trataba del acto del 25 aniversario de la Penya Els Jovens que quedó empañada por este desenlace fatal.

Julián Alarcón tenía 42 años, era viudo y deja un niño pequeño. Ya había estado a punto de perder la vida en 2007, cuando fue corneado también por un astado durante los festejos taurinos de Massamagrell. Un vecino de la zona fue testigo de lo que ocurrió hace dos años y pensó que si se salvaba "sería un milagro". Y se salvó. Hasta que el sábado, dos años después de su primera cogida grave y casi en el mismo lugar, otro toro volvió a herirle, esta vez mortalmente.

El fallecido recibirá sepultura hoy en su pueblo natal.

Verdes exige

el fin de los festejos

Verdes del Mediterráneo exigió ayer la derogación del decreto autonómico que regula los actos taurinos, ya que considera que "incitan y fomentan la muerte", puesto que este tipo de celebraciones "atentan contra la integridad física de las personas y de los animales". Según la formación ecologista, "las leyes y los decretos se deben abolir cuando algunos de sus efectos directos son la muerte de las personas, como es el caso el Decreto 24/2007, del Consell de Festejos Taurinos", puesto que "este decreto no garantiza los principios de precaución que cualquier actividad debe cumplir de forma fehaciente y fidedigna". Asimismo, incidió en que "por muchas regulaciones que se pretendan aprobar, no es posible garantizar la seguridad de las personas.

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