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Camps busca el aplauso de sus cargos en plena tormenta Gürtel

El presidente de la Generalitat reaparece tras doce días sin agenda en un acto con alcaldes para hacer balance del Plan Confianza El jefe del Consell es recibido con aplausos y guarda silencio

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El presidente de la Generalitat, Francisco Camps, eligió ayer un acto con alcaldes y cargos del PP para reaparecer en la escena pública tras doce días sin agenda oficial y siete de completo mutismo desde que el juez Pedreira levantó el secreto del sumario Gürtel. Como viene siendo marca de la casa desde que estalló el caso el formato del acto diseñado por Presidencia -la excusa fue el balance de un año del Plan Confianza- no permitió preguntas de los periodistas. Camps ignoró el espinoso asunto y protagonizó un discurso basado en la autocomplacencia por su gestión. En su intervención previa, los alcaldes de las tres capitales de provincia dieron repetidas muestras de apoyo a un presidente que quiso demostrar que, en plena tempestad, sigue contando con respaldo de los suyos.

De ahí que el acto de ayer recordara, al menos en su filosofía, al que hace casi un año le organizó el conseller de Ciudadanía, Rafael Blasco,también en el Palau de la Generalitat, la víspera de su declaración en el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat por la causa de los trajes. Entonces, centenares de cargos populares coparon el Salón de Corts y recibieron al presidente con una ovación que duró cuatro minutos. Ayer todo fue más discreto. Se escogió un lugar menos solemne -el patio gótico- y el aplauso se quedó en un minuto de reloj. Camps hizo un pequeño recorrido para saludar y estrechar manos a los asistentes que, entre consellers -estuvieron todos menos Paula Sánchez de León-, alcaldes, altos cargos y asesores, dificilmente llegaban al centenar. Además, hubo ausencias destacadas, entre ellas la del presidente de la Diputación de Alicante, Joaquín Ripoll, y el presidente en funciones de la Diputación de Castelló, Francisco Martínez. Sí estuvo el de Valencia, Alfonso Rus. Tampoco la presencia de alcaldes de Alicante y Castelló fue multitudinaria habida cuenta de que, según el Consell, se había invitado a los responsables de los más de 500 ayuntamientos valencianos. Como era de esperar ningún alcalde socialista se avino a participar en la fotografía.

Lecturas políticas al margen, el acto arrojó pocas novedades sobre el Plan Confianza, el proyecto estrella del Ejecutivo de Camps para salir de la crisis cuya ejecución ha estado muy condicionada por las dificultades de tesorería de la propia Generalitat. De ahí que del presupuesto global del Plan de Apoyo a la Inversión Productiva en los Municipios, que asciende a 1.020 millones de euros, un año después sólo se ha pagado a los ayuntamientos 134 millones. Tal como atestiguaba el dossier aportado a la prensa, la mayoría de los proyectos todavía están sin terminar, por lo que en lugar de fotografías reales se adjuntaban imagenes virtuales. La Conselleria de Economía y Hacienda justifica el bajo porcentaje del importe adjudicado en que el Consell paga en un plazo de 60 día una vez se entregan los certificados de obra y los proyectos importantes están por finalizar. La socialista Cristina Morena recordaba ayer que la autorización de deuda para poder pagar el plan se hizo a finales de 2009, por lo que asegura que ha sido un año perdido.

No lo ven así, los alcaldes de Castelló, Alicante y Valencia, Alberto Fabra, Sonia Castedo y Rita Barberá, respectivamente, para quienes el plan de Camps ha evitado que los ayuntamientos cierren la persiana a consecuencia de la crisis.

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