El Cuerpo Nacional de Policía ha liberado a seis inmigrantes chinos que presuntamente estaban siendo explotados en un taller textil clandestino de Manises, según confirmaron fuentes próximas al caso. La policía ha arrestado en la operación a dos ciudadanos chinos por un delito de explotación. Los inmigrantes permanecían esclavizados las veinticuatro horas del día, no podían salir de la nave y vivían en condiciones insalubres. Los agentes sospechan que las víctimas no percibían ni un euro por su trabajo.

La investigación la ha culminado con éxito la Unidad contra las Redes de Inmigración y Falsificación -Ucrif- del Cuerpo Nacional de Policía. Los agentes llevaban dos meses tras los dos detenidos al tener indicios de que explotaban compatriotas en talleres clandestinos en Manises, donde hay una gran concentración de naves con negocios chinos. Los agentes de la Ucrif han registrado tres naves y se han incautado de las máquinas que utilizaban.

Los inmigrantes liberados vivían en una nave situada en la calle Aviación del polígono del aeropuerto de Manises. Los trabajadores dormían y comían en la planta baja de la nave, que se encontraba en pésimas condiciones de salubridad.

Los responsables del taller presuntamente tenían amenazados a los inmigrantes, que se han negado a colaborar con la policía. Los ciudadanos chinos liberados se limitaron a decir a los agentes que "estaban de paso".

Los responsables del taller clandestino desarticulado en el polígono de Manises recibían encargos de empresarios españoles, que en principio desconocían las condiciones laborales a las que estaban sometidos los ciudadanos chinos. Los empresarios españoles no han sido imputados por la policía.

Los trabajadores realizaban el remate de prendas textiles, colocando cremalleras, botones y remaches, según precisaron fuentes próximas a la investigación policial. Todos los inmigrantes chinos estaban sentados en las máquinas de coser cuando la policía accedió al taller.

El Cuerpo Nacional de Policía ha comprobando que los trabajadores chinos no estaban dados de alta en la Seguridad Social a pesar de que cuatro de ellos tenían permiso de residencia. La policía ha abierto diligencias contra dos de los seis liberados por estancia irregular.

Luz eléctrica

La nave había sido alquilada a los dos sospechosos por un ciudadano español, que no sabía que era un taller textil clandestino. El inmueble tenía luz eléctrica. La policía indaga ahora cómo se conectaron a luz porque el taller "funcionaba como una empresa fantasma". Los responsables no habían quitado ni el cártel que anunciaba que la nave donde vivían confinados los seis inmigrantes se alquilaba.

Los trabajadores de las naves colindantes no tenían ni idea de lo que pasaba. La persiana de acceso al taller permanecía siempre bajada y las ventanas no permitían ver lo que ocurría en su interior, según pudo comprobar ayer Levante-EMV. Los dos detenidos por explotar a los trabajadores salían con discreción del edificio para no levantar sospechas. El Cuerpo Nacional de Policía activó un dispositivo de vigilancia y realizó el registro en la nave principal cuando tuvo constancia de que los dos sospechosos se encontraban en su interior. La policía ya ha enviado las diligencias al juzgado.