"No los olvidaremos nunca"

Goizueta, Pamplona, la T4 de Barajas, Llodio, Bilbao, Santa Pola, Benidorm, el Hotel Corona de Aragón de ZaragozaÉ Así discurre la geografía del crimen; los sitios en los que la violencia terrorista ha matado o herido a algún ciudadano valenciano. Ayer, este mapa del terror trazado por ETA, los Grapo, Terra Lliure o el yihadismo radical fue recubierto de dignidad. En un emotivo acto celebrado en el Paraninfo de la Universitat de València, 31 víctimas valencianas del terrorismo -10 muertos y 21 heridos- recibieron Grandes Cruces y Encomiendas de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo. Fue "un acto de justicia y reconocimiento" a las víctimas que pretende "devolverles la dignidad arrebatada" y "reparar el daño profundo" que el atentado provocó en sus vidas y en las de sus familias, según destacó el director general de Apoyo a Víctimas del Terrorismo, José Manuel Rodríguez.

De las diez víctimas mortales condecoradas, siete de ellas murieron en 1979 en el Hotel Corona de Aragón de Zaragoza en un incendio considerado como acto terrorista pero que nunca fue reivindicado por ningún grupo. Los otros tres valencianos fallecidos y homenajeados ayer fueron asesinados por ETA en Pamplona (1982), Goizueta (1989) y Madrid (2006).

Uno a uno, los familiares de estas víctimas recogieron las Grandes Cruces de manos del delegado del Gobierno en la Comunitat, Ricardo Peralta; el conseller de Gobernación, Serafín Castellano; la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá; el presidente del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana, Juan Luis de la Rúa; y el rector de la Universitat de València, Esteban Morcillo. Las Encomiendas fueron recogidas por los propios heridos. En tres casos (el total de Encomiendas aprobadas sumaban 24) no asistieron a recoger las distinciones.

En el discurso de clausura, el delegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana remarcó que las víctimas del terrorismo ayer homenajeadas "han sido, con su dolor, la ofrenda más sentida de esta comunidad a la convivencia democrática del pueblo español".

"Las víctimas del terrorismo han sabido mantenerse como referente moral de todo el pueblo español, y como prueba indubitada de su superioridad ética sobre los terroristas". Más allá de la "expresión de nuestro reconocimiento y solidaridad actual", Peralta hizo público su "compromiso" de "mantenerles siempre en la memoria democrática de nuestro pueblo como uno de los mejores ejemplos de su dignidad y su inquebrantable adhesión a la libertad y a la paz". "No les olvidaremos nunca", remachó el director general de Apoyo a Víctimas del Terrorismo.

Peralta: "La pesadilla de ETA acabará más pronto que tarde"

A una víctima del terrorismo -sea herido o familiar de muerto- no sólo le hace falta una indemnización compensatoria del Estado por el atentado. También necesita el recuerdo de la sociedad y actos de justicia moral como el de ayer, según explicó en Valencia el director general de Apoyo a Víctimas del Terrorismo, José Manuel Rodríguez. Pero sin olvidar, recordó el delegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana, lo que estipula la Ley de Solidaridad con las víctimas del terrorismo de 1999: "Para las víctimas, sólo el destierro definitivo de la violencia puede llegar a ser su única posible compensación".

Con ese fin, Ricardo Peralta reivindicó ayer que la respuesta del Estado y la sociedad democrática española al terrorismo "no puede ser otra que la de exigir el inmediato e incondicional cese de toda actividad terrorista. Y a tal fin, el Estado democrático pone en juego todo el catálogo de medidas legales de que dispone, y que nos permite confiar en que más pronto que tarde veremos el fin de tan execrable pesadilla", afirmó Peralta, quien aludió a la "deuda" que la sociedad española ha contraído con las víctimas del terrorismo. José Manuel Rodríguez añadió que, aunque ETA siga siendo "amenazante" para el Estado y sus miembros, está "más debilitada que nunca" y hay que "seguir trabajando" para lograr su final. p. c. valencia