Joaquín Colomer Sala falleció a la una del mediodía de ayer a los 86 años en su domicilio de Valencia con el calor y el cariño de toda su familia: su esposa Concha, sus cuatro hijas Concha, Mara, Julia y Paloma y sus seis nietos Antonio, Julia, Marina, Paloma, Leo y Ximo. El catedrático de Pediatría, rector de la transición (1979-1984) y conseller de Sanidad (1985-1995) fue un demócrata convencido en unos tiempos en los que no era nada fácil ejercer la tolerancia, la libertad y la escucha.

El entrañable profesor de generaciones de médicos desarrolló el pasado verano una anemia mielodisplásica que le ha ocasionado la muerte. El impulsor de la moderna sanidad valenciana, que en 1988 recibió las transferencias autonómicas y puso los sólidos cimientos a una organización sanitaria que fomentaba la atención primaria, fue asistido durante los últimos meses de su vida por un equipo de profesionales de asistencia domiciliaria.

«Ha estado muy bien atendido, lo de la asistencia domiciliaria ha sido fantástico, le han puesto transfusiones y tratamientos en casa para estimular la médula, pero la anemia era muy agresiva y al final ha evolucionado en un fracaso multiorgánico», declaró su hija Concha a Levante-EMV.

«Ni sufrió ni se agobió»

«El sabía lo que era una anemia y seguía el tratamiento; su muerte ha sido muy tranquila, muy familiar, ni sufrió ni se agobió con la enfermedad», agregó Concha que indicó que en los últimos meses su padre no participaba de la actividad política, «porque estaba ya en otras cosas más familiares».

Aunque pálido por el avance de la enfermedad, Joaquín Colomer conservó hasta el último momento la calma, la lucidez y el humor.

«Yo creo que ha sido una buena persona y eso se puede aplicar a todo, a su trabajo como pediatra y como político porque siempre ha actuado con buena fe, honrado, positivo, preocupado por los demás...». Así retrataba Concha, la primogénita, a su padre.

Su despedida tendrá lugar hoy a las cinco de la tarde en el Crematorio Municipal de Valencia.

Rector y conseller

En unos años cruciales para la Universidad, que coincidieron con la transición democrática, Colomer impulsó el cambio académico y estamental para que la institución académica avanzara al mismo paso que el resto de la sociedad.

El ex presidente socialista Joan Lerma que le nombró conseller de Sanidad en 1985 manifestó ayer que durante la transición Colomer fue un rector que dejó claro el papel de la Universitat de València. «De su legado político —agregó— destacaría su valentía durante la etapa más dura de la dictadura y todo lo que luchó durante la Transición para hacer posible una sociedad valenciana democrática y crear una Universitat al servicio de la sociedad».

José Camarasa que fue su jefe de gabinete entre 1988 y 1992 destacó que Colomer potenció el modelo de salud de atención primaria y que fue un entusiasta profesor y un gran defensor de la sanidad pública.

De hecho, fue Joaquín Colomer quien creo el Servicio Valenciano de la Salud y la Escuela de Estudios de Salud Pública. Camarasa afirmó que «la sanidad tal y como se entiende ahora nació de la mano de Joaquín Colomer».

Pepe Ruiz, que fue su segundo jefe de gabinete, afirmaba ayer que tenía que haber pagado por trabajar con «don Joaquín», como así le llamaba, por todo lo que aprendió con él: «valores, la lealtad que siempre tuvo hacia la persona que lo nombró y su compromiso; tenía una calma, una serenidad y una altura de miras como pocos».