No sólo son frutas, verduras, hortalizas y material de caseta. En el campo también se roban cada vez más animales de granja y la impunidad es la misma. Ayer, la Guardia Civil informó de la detención de tres hombres de entre 27 y 38 años que transportaban en su coche cinco cerdos degollados -tres en el maletero y otros dos medio ocultos en los asientos traseros- que supuestamente habían robado en una granja de Benigànim tras forzar la puerta de la instalación. Los ocupantes del vehículo, de nacionalidad rumana y autores de otros robos de cerdos en granjas de la Vall d'Albaida y la Safor durante las últimas semanas, fueron detenidos en una rotonda de Genovés en la noche del lunes y puestos a disposición del Juzgado de Instrucción número 3 de Xátiva como supuestos autores de un delito de robo con fuerza.

¿Se ha acabado todo? ¿Puede haber paz después de que hayan entrado a robar en más de 40 granjas de cerdos de las comarcas centrales en el último año y se hayan llevado unos 7.000 kilos de carne de cerdo, como indican los datos de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja) contrastados con fuentes del sector? No, nada lo indica a tenor de un dato. Lo aporta Gonzalo, coordinador de las granjas de cerdos de la Vall d'Albaida para una empresa agroalimentaria. "Los ladrones son siempre los mismos. Uno de los detenidos tenía 45 robos [en su expediente], según me dijo la Guardia Civil", afirma. Robos de cerdos, de gasóleo, de cobreÉ "Con ese panorama, ¿no hay suficiente para que los dejen encerrados? ¿A qué aguardan, a que maten a alguna persona?", se indigna.

El aumento de asaltos a granjas es sangrante. Se puede comprobar en este último suceso. En la granja porcina de Benigànim asaltada, con capacidad para 800 gorrinos, los ladrones han entrado a robar cuatro veces desde el 14 de febrero. En total, han sustraído 24 cerdos en mes y medio. A unos 150 euros por animal, el daño es una pequeña fortuna para cualquier ganadero. El dueño de esta granja ha pensado incluso en abandonar el negocio y traspasar la explotación.

Un modus operandi sangriento

El método es bien conocido por los granjeros de Llutxent, Quatretonda, Pinet, Benigànim, Montaverner, Alfarrasí y otros pueblos de la zona donde se están cebando los ladrones de granjas porcinas. Los delincuentes llegan en vehículo hasta las inmediaciones de la granja; fuerzan la entrada de la explotación y se dirigen a los cerdos estabulados; eligen a los más gordos, de 80 kilos para arriba; les asestan un golpe en la cabeza para atarantarlos; los degüellan dentro de la cuadra y dejan la granja lleno de sangre; y luego cargan los gorrinos muertos en el vehículo para emprender la fuga.

Han llegado a robar hasta nueve cerdos de una sola vez, porque nunca van con camiones. "Si no los pillan, se llevan los cerdos. Y si los pillan, enseguida quedarán en libertad y volverán a la granja", explica con resignación Gonzalo, a quien la Guardia Civil recurre frecuentemente para identificar la granja de procedencia de los cerdos robados que intercepta.

Federico Moreno, delegado comarcal de AVA-Asaja en la Vall d'Albaida, traslada la sensación de los granjeros. "Esto es desesperante, y no sólo por lo que nos roban, sino porque los coges, los llevas al juez y el juez tarda menos en soltarlos que lo que tú tardas en cumplimentar la denuncia", lamenta. Detenidos estos tres individuos, ahora sólo cabe esperar el próximo robo.