¿Hasta dónde llega el marasmo financiero de la Generalitat?¿Cuál es el agujero real que heredó el actual inquilino de la Generalitat, Alberto Fabra, de sus compañeros de partido tras 16 años de gobiernos del PP? Los interrogantes no son retóricos. Un informe del economista Ángel de la Fuente, analista del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ofrece unos datos, proporcionados por el Ministerio de Hacienda, alarmantes. Al cierre de 2012, la Generalitat todavía acumulaba facturas impagadas para las que no tenía presupuesto por importe de 2.845 millones, el 44,1 % de todas las obligaciones guardadas en el cajón de las autonomías, que sumaban 6.445 millones. Y ello pese al Plan de Pago a Proveedores puesto en marcha por el Gobierno el año pasado con la intención de ayudar a las comunidades a "limpiar" esta losa. El ministerio financió entonces con préstamos el abono de 17.704 millones en facturas extrapresupuestarias, de los que 4.355, el 25 %, eran de la C. Valenciana.

Lo preocupante es que todavía hay 2.845 millones pendientes y sin presupuesto. Cabe pensar que al Consell no le llegó el presupuesto de 2012 y también que dedicó una parte para pagar facturas de 2011 que no incluyó en el Plan de Pagos. Sólo la Generalitat suma más obligaciones al margen de la contabilidad presupuestaria que Cataluña (1.203 millones), Andalucía (1.152), Castilla y León (232), Madrid (175) y Castilla-La Mancha (58) juntas. Con ello, cerró sus cuentas con un desfase que, en realidad, era mucho mayor por esta deuda no reconocida, aunque sí está obligado a declararla al ministerio. Los 2.845 millones representan 2,8 puntos de déficit y explican por qué la Generalitat, con los datos del ministerio, acabó 2012 con un déficit del 3,52 %, el mayor de todas las autonomías.

Esas facturas pendientes y no reconocidas quedan reflejadas en la llamada cuenta 413 (antes 409), de la que hasta ahora las comunidades no tenían que informar a Madrid. Hacienda ha decidido hacerlas públicas para dotar de más transparencia a las cuentas de las autonomías. ¿Y cómo funciona el sistema? Un gobierno puede, por ejemplo, comprar instrumental quirúrgico pero, en lugar de trasladar la factura al presupuesto, si éste se ha agotado, la guarda hasta que haya disponibilidad económica para abonarla. Durante años el Consell no reflejó estas obligaciones en ningún sitio; luego fue incluyendo una parte en la citada cuenta 413. Generó así una bola de miles de millones. En ambos casos, ese gasto no reconocido le permitió maquillar año tras año sus resultados. Pura ficción.

El "cajón legal"

En la actualidad, hay una diferencia importante entre anotar la factura en la cuenta 413 y no hacerlo. El primero se considera el "cajón legal" en el que se guardan obligaciones al margen del presupuesto; el segundo es el "cajón ilegal". El Gobierno, de hecho, no permite ocultar estas obligaciones y el conseller de Hacienda, Juan Carlos Moragues, ha puesto en marcha un registro al que debe remitirse necesariamente cualquier recibo. Pero los expertos alertan: Si este mecanismo se usa para "facturas en tránsito" no hay objeción; "el problema surge cuando esta cuenta se utiliza para 'aparcar' un volumen significativo de facturas por periodos largos de tiempo, dejando así fuera de la contabilidad presupuestaria una parte del gasto corriente del periodo", señala De la Fuente en "Las finanzas autonómicas en boom y en crisis". Justo lo que hizo el Consell.

El volumen no reconocido representa, además, un enorme lastre. No en balde, los 2.845 millones suponen el 20,4 % del presupuesto de la Generalitat de 2012, mientras en el resto de comunidades oscila entre el 4,4 % de Cataluña y el cero del País Vasco. La evolución evidencia cómo el Consell ha imputado facturas del Plan de Pagos a los años 2009 a 2011. Solo así se explica que en 2008 aparezcan únicamente 39,9 millones y en 2009, de golpe, 1.619; otros 1.923 millones en 2010 y 3.483, en 2011.

"Es el fracaso de la estrategia de Fabra"

Para el portavoz socialista de Hacienda en las Corts, Julián López, las cifras de obligaciones pendientes de registro en la contabilidad presupuestaria "ponen de manifiesto el fracaso de la estrategia del presidente Fabra". Una estrategia, apunta, "basada en aceptar préstamos y más préstamos del Gobierno sin resolver los problemas de fondo: el déficit de financiación y los lastres de una gestión que Fabra es incapaz de dar por superada, porque no puede, porque no le dejan, o por ambas cosas a la vez". López constata que los préstamos "no han servido para poner fin a la práctica consistente en no aplicar a presupuesto los gastos y las deudas del ejercicio en que se generan". "Por eso, a pesar de haber recibido más préstamos que nadie, con las elevadas cargas financieras que va a suponer, a finales de 2012 había ya una enorme bolsa de facturas que no es que no se hubieran pagado, es que ni siquiera se aplicaron al presupuesto del ejercicio en que se generaron".

Las cifras, además, no son cuestionables. Son datos del ministerio citados por el economista Ángel de la Fuente, todo una autoridad, al que el Consell se remite en la pelea en Madrid por cambiar el sistema de financiación. De la Fuente tiene un estudio que indica que la valenciana es la peor tratada en el reparto y, como asturiano, es considerado una voz neutral. Recientemente se organizó una jornada en Valencia con De la Fuente a la que se invitó al número dos de Hacienda, Antonio Beteta. ¿Una encerrona?