Conocer con quince años de antelación y con un simple análisis de sangre si una persona reune los factores de riesgo para desarrollar la enfermedad de Alzhéimer es uno de los objetivos del ambicioso estudio que acaban de poner en marcha dos grupos de investigadores del Instituto de Investigaciones Sanitarias de La Fe y de la Universidad Politécnica de Valencia.
En la identificación de los nuevos marcadores que permitirán elaborar un nuevo test de diagnóstico precoz de Alzhéimer sin tener síntomas ni indicios se utilizará un dispositivo que se conoce como lengua electrónica, así como técnicas de cromatografía y de resonancia magnética, según indicó el catedrático y director del Instituto de Reconocimiento Molecular y Desarrollo Tecnológico Ramón Martínez, que también forma parte del CIBER-BBN (Bioingeniería, Biomateriales y Nanomedicina) que participa en el proyecto.
Esta relevante estudio arranca con la necesidad que se plantean los neurocirujanos de La Fe de saber si el deterioro cognitivo de los pacientes con Hidrocefalia Crónica de Adulto que intervienen se debe a la propia alteración de la enfermedad la no reabsorción del líquido cerebral produce demencia o a la presencia de la enfermedad de Alzheimer.
En el segundo caso, la colocación de una válvula en el cerebro, que es la cirugía que se práctica para eliminar el líquido excedente, no tiene efecto alguno por lo que la operación no elimina la demencia, como si ocurre cuando se trata de un diagnóstico de hidrocefalia, según explicó a Levante-EMV la neurocirujana Inmaculada Galeano, una de las coordinadoras del proyecto en La Fe junto con el doctor Baquero.
«Necesitamos saber si el paciente tiene Alzheimer o hidrocefalia o las dos cosas a la vez y diferenciar el diagnóstico para proponer una cirugía que acabe con la demencia o no operar en caso de que la persona tenga Alzhéimer», declaró la especialista.
El proyecto nace con la necesidad de disponer de una nueva herramienta diagnóstica y para ello los estudios se van a centrar en tres grupos de 50 pacientes cada uno. Uno de personas con Alzhéimer, otro con hidrocefalia y el tercero de pacientes sanos.
A los integrantes de los tres grupos se les tomará muestras de líquido cefalorraquídeo, a través de una punción lumbar, para estudiar a través de los sensores de la lengua electrónica qué alteraciones se detectan en cada grupo.
En este parte de la investigación es cuando entran en juego los cualificados técnicos de la Politécnica que a través de las señales electroquímicas obtenidas a través de los sensores de la lengua electrónica podrán saber si existe correlación entre los biomarcadores establecidos para detectar el Alzheimer con los obtenidos en la sangre periférica para extrapolarlos y confirmar si son los mismos, lo que permitiría estudiar solo la sangre en un futuro.
«Creemos que puede llegar a haber similitudes en ambos tipos de muestras para centrarnos solo en la sangre», expresó la neurocirujana que indicó que en un año podría estar disponible este nuevo test de detección precoz que podría anticipar el Alzhéimer hasta con 15 años de antelación.