Colectivos de enfermos mentales reclaman por los recortes de las ayudas públicas

Unos 300 enfermos mentales cerebrales participaron ayer en una manifestación en Valencia para reclamar el «derecho a una vida digna». La concentración tuvo lugar a las 11.30 horas en la Plaza de la Virgen, para, posteriormente, avanzar en una marcha hacia la Plaza del Ayuntamiento.

Una vez allí, los asistentes leyeron en voz alta su manifiesto y reclamaron un mayor apoyo tanto a las personas con enfermedades mentales como a sus familias.

A su vez, pidieron más ayudas económicas para su sector, ya que no cuentan con ninguna subvención especial, «tan solo con las ayudas que se otorgan por un régimen normal de discapacidad, el basado en porcentajes».

De hecho, apuntaron que pensión que se les ofrece es no contributiva y su cantidad oscila entre los 400 y los 500 euros, con la cual tienen que hacer frente al copago establecido: tienen que pagar una parte de sus medicamentos y una cuota por acudir a los centros especializados.

Denuncian, a su vez, la situación precaria en la que viven, ya que las enfermedades que padecen afectan a todos los niveles de una persona: físicos, psicológicos, cognitivos, al funcionamiento social y laboral. Además, destacaron, la falta de ayudas hace que muchas enfermos mentales se ven«condenadas a vivir con sus familias de origen».

Entre el 1 y el 4 % de la población

Apuntaron también que sus patología son padecidas entre el 1 y el 4% de la población, contabilizando tan solo a los enfermos graves y crónicos, aunque muchos las sufren pero no están diagnosticados. Explicaron también que en la Comunitat Valenciana tan solo hay una unidad de media estancia con 50 plazas y con 20 plazas en el centro de día para todos los enfermos de Castelló, Valencia y Alicante.

Por último, manifestaron la falta de recursos a su disposición que no van más allá de los medicamentos por los que tienen que pagar. Piden terapias de rehabilitación diaria, un mayor ratio de psiquiatras por paciente o viviendas tuteladas para que el desarrollo de la vida de los enfermos mentales sea lo más «digno posible».