La noticia de la dimisión del gerente del hospital General de Valencia, Sergio Blasco, no sorprendió a ninguno de los miembros de su equipo. Fue él mismo quien a las once de la mañana de ayer y cuando estaba a punto de acabar la reunión del comité de dirección comunicó a su equipo de confianza que dejaba el cargo tras quince años al frente de la institución. Y que su sustituto sería su mano derecha, el subdirector gerente José Manuel Iranzo.

Ninguno de los asistentes emitió comentario alguno ante tan inesperada noticia, que se comunicará en la reunión que celebrará hoy por la mañana con los jefes de servicio y los supervisores del departamento para comunicarles su adiós.

Ninguno de los miembros del equipo dijo nada ni él tampoco explicó nada, como pudo saber Levante-EMV de fuentes hospitalarias próximas. Sergio Blasco dio por zanjada su etapa al frente del hospital con solo una frase: «Me voy». Nadie le preguntó nada.

La Conselleria de Sanidad comunicó ayer que el conseller de Sanidad, Manuel Llombart, había aceptado la dimisión de Sergio Blasco y que Iranzo sería nombrado gerente en la próxima reunión del Consejo de Gobierno.

Con la salida del gerente del Hospital General, cae el último miembro de la saga de los Blasco que desempeñaba un cargo de alta responsabilidad en la Administración valenciana. Su tío Rafael, conseller con cuatro presidentes, está condenado a ocho años de cárcel y 20 de inhabilitación por el «caso Cooperación». Antes se retiraron sus otros tíos el diputado Jordi Blasco y el que fue alcalde de Alzira Francisco Blasco, además de la hija de éste, Gisela, que fue concejala en la capital de la Ribera Alta.

Ahora, la investigación judicial tiene puesto su foco en las operaciones de asesoramiento sanitario que el exgerente del Hospital General realizó en Perú como representante de dos UTE: Callao Salud y Villa María Triunfo Salud que lideraba la empresa valenciana BM3 y que impulsaron la construcción de dos hospitales gestionados con la fórmula del modelo Alzira.

El conseller de Sanidad, Manuel Llombart, había autorizado al gerente del hospital Sergio Blasco a realizar esta función como asesor en Perú que se hacía a través de la Fundación Hospital General.

La empresa BM3 de la que Sergio Blasco era su valido en Perú logró contratos por valor de 5 millones en los años en que su tío Rafael Blasco fue conseller de Sanidad (2006-2007).

Construcciones en Perú

La construcción de los dos hospitales no fue el único negocio que BM3 hizo en Perú con asistencia del Hospital General, ya que entre 2008 y 2009 tras conseguir el centro hospitalario dependiente de la Diputación fondos de la Conselleria de Cooperación de Rafael Blasco para desarrollar un plan de gestión y otro de desarrollo del Instituto Nacional del Corazón en Perú, la propia Fundación del Hospital General asignó a la citada empresa valenciana la realización del edificio que alojaría al citado instituto por valor de 31 millones de euros.

En esas mismas fechas, esa misma empresa construyó otro hospital para el gobierno peruano (Policlínico Negreiros) por 25,6 millones.

La dimisión del último de los Blasco en la Administración valenciana se produce a raiz de la investigación que abrió el juzgado de instrucción número 6 de Valencia tras la denuncia de Esquerra Unida en la que acusaba al gerente de un presunto delito de malversación y otro de fraude a la Administración de la que se hizo eco el Fiscal Anticorrupción que fue quien la trasladó al juzgado.

Hace solo tres semanas, la consellera portavoz del Consell, María José Catalá, declaró que «estaba preocupada» por la investigación judicial que se había abierto contra Sergio Blasco y que tomarían una decisión cuando tuvieran las cosas más claras, decisión que llegó ayer.