Canals, Ontinyent, Dénia... son algunos de los municipios que, a día de hoy, todavía no tienen nada claro si deben autorizar o no el disparo de fuegos artificiales esta Navidad. No, al menos, en los lugares donde se venían realizando estos espectáculos pirotécnicos en los últimos años „habitualmente en las afueras del casco urbano„ debido a la proximidad con zonas catalogadas como forestales.
El incendio de la montaña de Cullera el pasado mes de abril, originado como consecuencia de un castillo de fuegos artificiales que no debió autorizarse, ha sumido en la incertidumbre a los alcaldes de muchas localidades de la Comunitat Valenciana. Y es que, a raíz del fuego de Cullera, la Fiscalía Provincial de Valencia se encargó de recordar a todos los consistorios que la ley forestal prohíbe llevar a cabo disparos de material pirotécnico en enclaves ubicados a menos de 500 metros de terrenos forestales. La pena por contravenir esta norma puede alcanzar los diez años de cárcel y elevadas multas económicas.
El problema, según explican desde el sector pirotécnico, es que en el Plan de Acción Territorial Forestal de la Comunitat Valenciana (Patfor) se considera zona forestal casi todas aquellas que no son urbanas, aunque en realidad no se trate de una masa forestal como tal, con riesgo de ser devorada por las llamas.
Esta situación supuso que, a lo largo del pasado verano, el miedo de los ayuntamientos a cometer una ilegalidad terminara por cancelar decenas de espectáculos pirotécnicos que ya estaban contratados y que, en un principio, cumplían con la legalidad, al igual que en años anteriores.
Debido al perjuicio que estaba sufriendo el sector de la pólvora, la Agrupación de Fabricantes Pirotécnicos de la Comunitat Valenciana (Piroval) y la Secretaría Autonómica de Medio Ambiente de la Generalitat mantuvieron varias reuniones durante el mes de septiembre con el fin de acabar con la confusión, esclarecer en qué sitios se podía disparara y en cuáles no, y posibilitar que los pirotécnicos siguiesen disparando sus productos sin problema en los lugares seguros.
Uno de los acuerdos a los que se llegó en los encuentros celebrados entre los fabricantes y los técnicos de la Generalitat fue que la administración analizaría detalladamente el medio centenar de enclaves dudosos, en los que no está claro si se puede o no disparar fuegos artificiales. La intención era resolver la incógnita de cara a las próximas fechas festivas.
No obstante, los técnicos de Medio Ambiente todavía no han comunicado su decisión, por lo que las dudas en las corporaciones locales siguen existiendo. Así, y para evitar problemas con la justicia, muchos alcaldes ya han comunicado a los pirotécnicos que, como ya ocurrió en verano, no contratarán sus espectáculos, por miedo a lo que pueda pasar.
Por tanto, quedan en suspense los castillos de la noche de fin de año, los disparos de fuegos artificiales en la cabalgata Reyes y también los espectáculos con pólvora en municipios que celebran sus fiestas patronales en enero.