Los especialistas en enfermedades infecciosas son como Santa Bárbara, que se acuerdan de ellos cuando truena, ¿no?
Si no se reforma la legislación y no se nos reconoce como especialidad MIR (cuatro años de formación en un hospital) más tarde o temprano no habrá gente, el problema es el intercambio generacional. Todos los países, salvo Bélgica y nosotros tienen la especialidad reconocida. Aquí no la reconocen pero cuando pasan cosas como el ébola nos entrenan y los que damos la cara somos nosotros.
¿Qué van a tratar en el congreso que reúne en Valencia a 200 especialistas?
Vamos a hablar de todo, de las enfermedades importadas, de los aspectos microbianos de la infección, de las resistencias bacterianas, de las emergencias, de las nuevas resistencias como las carbapenemasas, del virus de la hepatitis C, del virus del sida...
Han incluido talleres para enfermeros.
Si, hay dos talleres para enfermeros, para hablar del pie diabético y las úlceras y del aspecto microbiológico de la toma de muestras. En el congreso no solo estamos los médicos, sino también los enfermeros que están muy comprometidos.
Cada año aparece una nueva alerta infecciosa que asusta.
Son explosiones, pero si el ébola en vez de ecl0sionar en África, lo hubiera hecho en Europa el problema ya estaría resuelto. Sigue habiendo infecciones, no hay que olvidar el SARS que viene de Arabia, el dengue, el chikunguya y viejos conocidos como la hepatitis A y la B si no se vacunan.
¿Hay padres que prefieren no vacunar a sus hijos?
Hay corrientes de no vacunación y hay enfermedades que considerábamos erradicadas pero que han vuelto a aparecer por este motivo como la tosferina. Y personas que deberían estar vacunadas y que en teoría deberían revacunarse pero no hay programa de revacunación de adultos y si lo hay, no se ha publicitado.