Usted ha sido la cara del discurso económico del PSPV durante estos cuatro años. ¿Cómo resumiría la gestión del Consell?
Empezamos con un presidente que, pocas semanas después de las elecciones, se tuvo que marchar, lo que derivó en la designación de otro que no se había presentado para el puesto. Desde ese momento, el PP ha estado entregado a una tarea de negarse a sí mismo. A veces parece que no han gobernando nunca. Les guste más o menos, en esta Comunidad no hay más herencia que la de los 20 años del PP. Y tienen un grave problema: va a ser difícil que la ciudadanía confíe en que los que nos han traído hasta aquí, nos puedan ahora sacar de esta situación. No van a engañar a nadie.
¿Es viable la Generalitat desde el punto de vista económico?
En sus circunstancias actuales, no es viable. El gran reto, en una situación de práctica intervención como la que tenemos, es volverla a hacer viable. Y para eso tenemos que actuar en muchos frentes. Debemos hacer una reforma integral de la administración autonómica con otras formas de gestión. Conseguir más ingresos. Revisar la política tributaria con grupos de alta renta que han padecido muy poco la crisis y que deben aportar más con el impuesto de patrimonio, de sucesiones para las grandes herencias y de las transmisiones patrimoniales. Me niego a pensar que no hay alternativas. Pero la tarea, desde luego, no va a ser fácil.
Ponga un ejemplo...
La gestión se ha diseñado año a año y construida sobre una inercia que debemos romper. Con los escasos recursos hay que gestionar bien y ofrecer un mejor servicio. Durante la época de bonanza, en políticas activas de Empleo, por ejemplo, a la Generalitat le ha sobrado soberbia. Hay que sentarse con los agentes sociales, gestionar con ellos y evitar una administración sorda, ciega y muda. Hay que evaluar todas las políticas. Debemos preguntarnos si, con el dinero con el que podemos contar, ofrecemos realmente el mejor servicio posible y si es lo que la gente necesita. Los ciudadanos no pueden ser los que paguen los paseos en Ferrari de Francisco Camps y Rita Barberá.
¿Y cómo se puede hacer eso con una administración endeudada hasta las cejas, rescatada y con graves problemas de liquidez?
Los préstamos que recibimos con el aval del Estado no son más que una huida hacia delante. Al final los tendremos que devolver. Es una solución para hoy pero que nos crea un problema para mañana. Lo primero que hay que poner sobre la mesa es un gran acuerdo para que se reconozca la situación de la Comunidad con la infrafinanciación y se nos trate, como mínimo, en la media del resto de autonomías; y también la deuda histórica con un déficit de financiación y de inversiones acumulado que se nos tendría que compensar. Apoyamos a pies juntillas la propuesta de la comisión de expertos de las Cortes sobre la financiación con una solución de Estado. Hay que resolver la cobertura de todos los servicios públicos y cuáles son prioritarios para poder acceder al dinero. Queremos un debate sobre el reparto de toda la tarta del Estado, no sólo de una parte.
¿Una fórmula para aliviar esta agonía financiera puede ser canjear la deuda histórica -unos 15.000 millones- a cambio de condonar préstamos con los bancos?
Puede ser. A Extremadura se le ha reconocido la deuda histórica... Hace un año, el Consell nos dijo que era pura propaganda. Es realmente sorprendente que el PP, con consenso parlamentario, no haya reclamado ese dinero al Estado. No han defendido a nuestra Comunidad. Al PP sólo le ha interesado la financiación como arma arrojadiza frente a los socialistas. Y en cuanto llegó Rajoy, se olvidaron. Votan una cosa aquí y otra en el Congreso.
¿Puede garantizar que no se callarán frente a Madrid y exigirán ese dinero aunque se acaben enfrentando al resto del PSOE?
Podemos garantizarlo. El debate de nuestra infrafinanciación está en la agenda de todo el PSOE. Pedro Sánchez tiene un compromiso para resolver este problema.
¿Y qué proponen ustedes para reactivar la economía?
Lo principal es que la Generalitat deje de ser un freno y se convierta en un estímulo. Hay que sanear la administración y diseñar políticas eficientes con el menor gasto posible pero que sean eficaces para que atiendan a las necesidades de la gente. Hay que poner la administración al servicio de la reactivación y, sobre todo, de la generación de empleo.
¿Sanear la administración es meter la tijera todavía más?
No necesariamente. Hay que hacer un análisis no sólo de su situación económica sino también de su organización. Lo que no vamos a hacer es tomar medidas que supongan un menoscabo de los servicios públicos fundamentales. Ya los ha recortado bastante el PP. Ahora bien, sí se puede reorganizar el aparato administrativo para hacer las cosas mejor. No puede ser una molestia. ¿De qué sirve dar una subvención para incentivar una actividad económica si luego no se paga?
¿Y este discurso del PSPV es creíble cuando con Zapatero en Madrid la economía se derrumbó y el desempleo se disparó?
Pero no se derrumbó sólo en España. ¿Credibilidad? Hemos pecado, en ocasiones, de no saber explicar con claridad las enormes dificultades a las que se enfrentó el gobierno socialista en 2008.
Puede que usted tenga que asumir toda esa responsabilidad. En todas las «quinielas» aparece, con permiso de los pactos, como conseller de Economía y Hacienda «in pectore» si llegan al gobierno...
De verdad que se me ocurren dos o tres nombres, que no diré, de personas mucho más capaces y cualificadas que yo. Dicho esto, si se me ofrece, tendría muy difícil no aceptarlo. Sería un orgullo pero a día de hoy no me acabo de ver.
Tendrán que dialogar. Todas las encuestas sugieren que no habrá gobierno sin pactos...
Después de una etapa de mandatos del PP con mayorías muy amplias, a esta Comunidad le puede venir muy bien un gobierno sin mayoría absoluta. Hay muchas fórmulas: en minoría, de coalición... Pero, en general, si la próxima es una legislatura de consensos y diálogos, ya habremos ganado algo. Una de las herencias de estos 20 años del PP es un exceso de soberbia, de prepotencia y de hacer las cosas sin dar ninguna explicación. Reivindico la capacidad de los socialistas para articular todos esos consensos.
Le pongo un caso práctico. ¿Prefieren entenderse con la izquierda -Compromís, Podemos o EU- o con Ciudadanos?
Tenemos un proyecto de izquierdas, para sumar y en el que difícilmente vamos a poder llegar a ningún acuerdo con el PP. Descartamos una gran coalición. No vamos a permitir que gobierne el PP ni con nuestro voto ni con la abstención. Dicho esto, de las fuerzas que cita, las que estén dispuestas a acuerdos en clave de país, hablo del País Valenciano, pensando menos en Madrid o en lo que ocurre en el resto de España y más en lo que pasa aquí, son mejores candidatas que aquellas que ven la Comunidad como trampolín para otras cosas. Creo que me he explicado.
¿Para entendernos, le gusta más Mónica Oltra -líder de Compromís- como socia que Antonio Montiel, candidato de Podemos?
Para entendernos... Efectivamente. Aunque tampoco renunciamos a un gobierno en solitario.
Habla de un gobierno en solitario pero los sondeos apuntan que eso es imposible y vaticinan un retroceso electoral apreciable...
Vamos a ver lo que ocurre. En algunas encuestas se apuntaba que podíamos perder hasta diez escaños en Andalucía y no ha sido así.
¿Cuál será la primera medida si llegan a la Generalitat?
Habrá que tomar muchas a la vez. Pero una de las primeras será derogar el nuevo copago para mayores, discapacitados y dependientes. Es urgente. Tenemos que «resetear» toda la administración para ponerla al servicio de los ciudadanos desde el primer día.
¿Habrá dinero suficiente para elevar el gasto social, tal y como usted está planteando?
Lo habrá. La Comunidad es de las peor financiadas. Pero también es de las que concede mayores beneficios a los muy grandes patrimonios y a las muy elevadas rentas. Hicimos una propuesta para rebajar un poco la bonificación que tienen las grandes herencias -unos mil contribuyentes- a cambio de no establecer el copago. Pero la mayoría del PP lo impidió. Dinero para atender la emergencia social tiene que haber y lo vamos a pelear.
Pero ustedes ya hicieron en su día recortes con Zapatero...
Pero no en Sanidad ni tampoco en Educación. Es verdad que se tomaron medidas que la ciudadanía percibió como un tijeretazo. Pero luego llegó Rajoy en 2012 y recortó en servicios con un impacto directo en las situaciones más dramáticas que afectan a la gente. Y eso nosotros, desde luego, no lo tocamos.
Finaliza una legislatura marcada por las investigaciones por corrupción de la gestión del PP. ¿Qué medidas propone el PSPV para acabar con esta situación?
Aquí hubo un momento en el que las investigaciones de corrupción florecían como setas. Una generalización de escándalos a través de una red clientelar favorecida por la administración autonómica. Todas se resumen en una: hay un caso PP. ¿Qué vamos a hacer? Un código ético muy estricto para todos los cargos, revisar los controles, que han fallado, y fortalecer los mecanismos de intervención.
Hablando de corrupción. ¿Hay que expulsar a los imputados de las candidaturas electorales?
No debe haber imputados por corrupción manejando dinero público. Y tampoco deben figurar en las listas. Otra cosa son las imputaciones por una irregularidad administrativa: tendremos que analizarlas una a una y muy bien.