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Intento de fuga

Instituciones y entidades equiparan a los internos de los CIE con los refugiados

Consell y Ayuntamiento piden el cierre del centro de Zapadores tras el intento de fuga

¿Qué diferencia hay entre los refugiados sirios que Europa acoge entre aplausos y las personas que permanecen en el Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Zapadores de Valencia? Es la pregunta que se hacen desde la plataforma CIEs NO. Para la entidad, la respuesta el clara: ninguna.

Según señalaron ayer a Levante-EMV, «no hay diferencia alguna. Solo el foco mediático». En plena crisis humanitaria por el conflicto sirio y sobre el intento de fuga de medio centenar de internos de Zapadores, la plataforma sostiene que la clave es el «racismo institucional». «En Zapadores hay personas que huyen de la violencia económica, mujeres víctimas de la trata y personas que tienen derecho al asilo y que no lo saben, por eso, no les diferencia absolutamente nada de los refugiados sirios».

A la opinión de la plataforma se unen también las más altas instituciones valencianas.

La vicepresidenta del Consell, Mònica Oltra, planteó ayer «un debate político sobre qué tratamiento damos a las personas que huyen de la guerra, de la miseria y de una muerte segura en su país», y que «son acogidos por una cárcel que está fuera del estado de derecho». Sobre si propone el cierre de este centro, respondió afirmativamente. Para Oltra, «difícilmente podemos ser comunidad acogedora cuando a personas inocentes se les encierra, se les tiene en condiciones infrahumanas y ni siquiera a las ONG se les permite el acceso para ver en qué condiciones están». En esta línea, pidió que la dirección del centro deje entrar a Cruz Roja a las instalaciones para poder comprobar la situación de los internos porque, recordó «no se le permite la entrada», a pesar de existir un convenio con el Gobierno de España para ello. Oltra pidió además a la Delegación del Gobierno una investigación «en profundidad» sobre el incidente y señaló que los CIE, «y en particular el de Zapadores», son «incompatibles con la dignidad humana» y se refirió a «chinches, comida en mal estado y protestas de los internos reiteradas por la situación infrahumana en la que se encuentran».

«Alud de solidaridad»

Por su parte, el alcalde Valencia, Joan Ribò, se alineó con la vicepresidenta y sostuvo que la situación de estos internos es «comparable» con la de los refugiados procedentes de Siria. Para Ribó, se trata de «un tema lamentable» y señaló que al Ayuntamiento «no le gusta tener un centro de internamiento de personas que no han cometido más delito que no tener los papeles en regla», por lo que consideró que «lo que mejor podría hacer el CIE es desaparecer». El alcalde destacó el «alud de solidaridad con las personas que están huyendo de Siria», pero añadió que «muchas de las personas que están en el CIE están en una situación comparable». Por tanto, pidió que la solidaridad no sea solo para los refugiados, que es «fundamental», sino también «para las personas que están encerradas en el CIE».

También, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, se mostró preocupado por el altercado y destacó sobre su causa que «si no hay recursos suficientes para solucionar los problemas vigentes, será muy problemático llegar al origen de la verdad de esos problemas».

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