Síguenos en redes sociales:

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

María Jesús Vega: "Se está frustrando a mucha gente dispuesta a ayudar a los refugiados"

Portavoz de Acnur

María Jesús Vega: "Se está frustrando a mucha gente dispuesta a ayudar a los refugiados"

«El Mediterráneo se está convirtiendo en la frontera marítima más mortífera del mundo y no nos despeinamos»

Acnur ha desarrollado unas gafas de realidad virtual para que los españoles puedan ponerse en la piel de un refugiado sirio y su día a día. ¿Tan ciegos de empatía estamos que necesitamos esas gafas?

Sí. Estamos bastante ajenos a lo que están sufriendo sesenta millones de personas en situación de desplazamiento por conflicto. Hay que ponerse las gafas para mirar lo que está pasando en el patio trasero de Europa, y esta campaña busca ponerse en la piel de un refugiado.

Dice poco de esta sociedad que tengan que darnos gafas.

Sí, pero es que hay gente muy miope en solidaridad. Luego hay muchos que han dado muestras sobradas de su interés por contribuir a la responsabilidad compartida.

Se dice que las personas son mucho más solidarias que las instituciones. Pero nunca se han visto huelgas o grandes manifestaciones por los refugiados y sí por más sueldo o protección laboral. ¿Hay doble moral?

Sí que ha habido un gran proceso de sensibilización sobre lo que significa salir de tu país entre bombas y francotiradores para tratar de poner a salvo tu vida y la de tus hijos. Con todo, esa solidaridad debe encauzarse. Y son los poderes públicos quienes han de coordinarlo. Ahí es donde fallamos. Se está frustrando a mucha gente dispuesta a ayudar a los refugiados para paliar esta vergüenza.

Vergüenza es una palabra clave en esta tragedia.

Y el papa la ha pronunciado en repetidas ocasiones.

¿Qué le parece el último gesto del papa trayéndose a una docena de refugiados al Vaticano?

Muy positivo. Su primer viaje como papa fue a la isla de Lampedusa y ahora se ha ido a la isla de Lesbos para transmitir a las familias su apoyo. Acnur lo valora como un gesto muy importante. Todos los líderes de opinión deberían enfocar este tema desde una óptica que ayude a evitar que haya racismo y xenofobia o que se asocie a los refugiados con el yihadismo.

Hablaba de vergüenza. Cuando dentro de medio siglo echemos la vista atrás, ¿esta crisis de refugiados tendrá sabor a Balcanes, Ruanda y otros fracasos de la comunidad internacional?

Se estudiará en los libros como un fracaso de la Unión Europea en su respuesta a la peor crisis de refugiados desde la Segunda Guerra Mundial. Se analizará su incapacidad para ponerse de acuerdo y compartir responsabilidades. Construyendo muros, cambiando leyes, traspasando el problema a los vecinos.

¿Se están usando a los refugiados para levantar barreras en Europa con un ojo en el terrorismo?

Los ataques terroristas han servido para que haya un giro en algunos países donde ya existía un discurso en esa línea. Nos preocupa tremendamente el caso de Hungría, que ha cambiado su legislación y ha evitado la entrada de hombres, mujeres y niños con gases lacrimógenos o bombas de agua. Hay políticos que usan la retórica del miedo para concitar apoyos a políticas cada vez más restrictivas. Se puede controlar las fronteras, pero sin vulnerar las obligaciones internacionales de protección a los refugiados.

Hay políticos que se enfrentan por esta cuestión. El Consell se ha enfrentado al Gobierno porque no le permite acoger refugiados. ¿Hace bien la Generalitat?

Son muy positivas las iniciativas que muestran el interés legítimo de gobiernos autonómicos y ayuntamientos en favor de la acogida de refugiados. La competencia en acogida y visados es del Gobierno central, pero las comunidad tienen competencia en educación, sanidad, empleo o servicios sociales y brindan su apoyo. Pero ni siquiera hay comunicación.

¿Qué prejuicios envenenan nuestra mirada a los refugiados?

El miedo al terrorismo, la islamofobia y el temor a que nos quiten el empleo. Y es muy injusto. Los refugiados están huyendo de la misma violencia terrorista que provocó los atentados de París, Bruselas, Atocha o Nueva York. No podemos victimizarlos por partida doble. Sufrieron esa violencia en su país y, además, son apuntados como cabezas de turco o perpretadores. ¡Es peligrosísimo generalizar! Porque alimenta la islamofobia y, al mismo tiempo, da argumentos a quienes están buscando adeptos para su causa.

Los refugiados no acaban en Siria. Hay otros países azotados por la tragedia.

Así es. Siria, con más de doce millones de desplazados dentro y fuera del país, es la más importante crisis. Pero hay otras tremendas. Como Irak, con 3,5 millones de desplazados internos y la presencia de ISIS. En Myanmar hay 500.000 refugiados de etnia rohingya que son apátridas sin derechos desde hace varias generaciones. En África, con quince conflictos activados en los últimos cinco años, encuentras refugiados en cualquier lugar: Burundi, Nigeria, Sudán del Sur, República del Congo, Somalia, República Centroafricana. En América está Colombia, con seis millones de desplazados tras cuarenta años de conflicto. No hay crisis de primera o segunda categoría.

Mediáticamente sí.

Sí. Pero sólo cuando nos ha salpicado ha sido cuando le hemos puesto coto.

Por egoísmo.

Sí. Nueve de cada diez refugiados están acogidos en los países limítrofes a las zonas de conflicto. La situación se ha desbordado de tal forma que en Acnur no tenemos dinero para repartir la ayuda humanitaria necesaria y estamos tomando decisiones tremendas: a quién ayudas y a quién no. Pedimos alternativas legales para garantizar la entrada segura a nuestros países. Que nadie tenga que seguir arriesgando su vida. Han muerto 760 personas en lo que va de año. Murieron 3.770 el año pasado. Otras 3.500 en 2014. ¡Ya está bien! El Mediterráneo se está convirtiendo en la frontera marítima más mortífera del mundo y no nos despeinamos.

Esta es una noticia premium. Si eres suscriptor pincha aquí.

Si quieres continuar leyendo hazte suscriptor desde aquí y descubre nuestras tarifas.