Contra el «decretazo» y por la libertad lingüística

Las protestas contra el plan lingüístico educativo que pretende instaurar la Conselleria de Educación llegaron ayer a València. De este modo, la plataforma «No al decretazo, sí a la elección» convocó a padres y familias de diferentes puntos de la Comunitat Valenciana, sobre todo de aquellas zonas castellano hablantes como Requena o el sur de Alicante para exigir una reconsideración de la propuesta lanzada por el conseller Vicent Marzà. Varios cientos de personas partieron desde el Jardín Botánico -donde precisamente se firmó el pacte del Botànic- y mostraron pancartas en pro del castellano, pero también por la igualdad lingüística. Los convocantes habían matizado explícitamente que no hubiera siglas de ningún partido político, aunque sí que se vieron a algunos rostros de Ciudadanos como Toni Cantó o Fernando Giner, así como muchas banderas de la senyera, de España y pancartas como «más Europa, menos regionalismos en la escuela», «somos valencianos y hablamos castellano» o «Requena contra el apartheid lingüístico».

Estamos a favor de que se de el 33% en valenciano porque es nuestra lengua, el 33% en castellano porque es la lengua del estado español y el 33% en inglés porque hay que respetar a Europa».

Uno de los puntos más polémicos del citado decreto es aquel que indica que la línea en valenciano contará con una certificación oficial en inglés, pero no pasará lo mismo con la línea en castellano. Para Culla, y para otros convocantes esto supone «discriminar a los castellanohablantes» por lo que el camino adecuado sería «ir a un modelo equitativo y proporcional de respeto a las lenguas» porque «si impone algo siempre tendrá un rechazo». En la misma línea, Gracia Martínez, de Ampas Torrevieja, pide que «se respeten las tres lenguas. Ella dice que no entienden por qué «a los que a los que nuestra lengua materna es el castellano y aún así aprendemos el valenciano no se nos va a certificar igual».

Una de las portavoces de la plataforma convocante, Raquel López, dice que es como un «chantaje» porque «te vienen a decir, si quieres el inglés tienes que tener el valenciano». Y alerta del peligro de que se regule sin acuerdo porque luego puede llegar otro gobierno, cambiarlo todo y así no se llega a aplicar nada».