Desde que se conoció la noticia de que la radiotelevisión valenciana iba a cerrar hasta que finalmente lo hizo. Esa es la historia que narra Vicente Climent, que fue uno de los aspirantes a director general de la futura televisión, en las páginas de su libro «Los últimos días de la primera RTVV».
¿Qué novedades se encuentran en el libro? ¿Todavía quedan cosas que aún no se saben de la antigua RTVV después de tres años cerrada?
Con todos mis respetos a los compañeros que también han escrito libros sobre el cierre, este es un relato profesional, no está hecho desde las entrañas. Es una narración histórica, un manual de crisis para los estudiantes de periodismo, par que conozcan un caso como aque, donde se vio una profesionalidad extrema, aunque con excepciones. Si no fuera porque todo es cierto, sería como una novela o una serie de televisión.
Esos eran los últimos días, pero, ¿cómo era antes? ¿Usted vivió la censura o la manipulación?
Las decisiones las tomaban los que tenian capacidad. En la radio tuvimos menos control y presión que en la tele. Entre otras cosas porque la radio siempre ha sido la hermana pobre. Yo por ejemplo entrevisté a Jordi Pujol, a Narbona cuando las desaladoras, personas complicadas en tiempos poco fáciles? En la radio se podían hacer cosas. También es cierto que el día a día antes del conflicto era un poco aburrido, mecánico todo. Faltaba chispa. Había mucha politización.
Usted se presentó a director general. ¿Qué le llevó a tomar esa decisión?
Porque tengo la experiencia, el trellat... Conozco el panorama, y creo que estas aventuras profesional si eres demasiado joven pueden sobrepasarte.
¿Cómo está viendo el proceso de reapertura?
Soy escéptico de cómo están funcionando, hay cosas que me chirrían. Quiero esperar y ver como avanzan. No parece serio, por ejemplo, que se conozcan cómo se va a puntuar los proyectos para director general después de presentarse y cerrar el plazo. Por otra parte, el capitán del barco normalmente sube a la lancha de salvamento el último. Estamos viendo contratos que se están haciendo de algunos que estaban al frente de la manifestación que están ya en su lugar, colocados. También me choca la discrepancia entre Marco y el consejo rector en cuanto al número de personal a contratar. Ella habla de unos 500 y Soriano dice que es muy optimista. Yo estoy más en el sentido de Empar.
¿Con qué se queda de la vieja RTVV y qué espera de la nueva?
De la antigua me quedo con la profesionadidad de muchos compañeros. Es lo primero que me viene a la cabeza. También había programación buena. Rescataría algunos de entretenimiento y alguna etapa de informativos. De la nueva espero que sea entendida y amada por los valencianos. Tiene que servir para unir, no desunir.
¿Qué hubiera hecho con los extrabajadores?
Yo hubiera buscado a la gente que realmente fuera buena. No creo que todos los que tenían oposiciones lo fueran ni que todos los que no tenían no lo fueran. Tampoco los de sin oposición eran todos amantes de, hijos de... Hay que trabajar mucho para recuperar la imagen perdida.