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Crónica de ambient

Mucho turista y ninguna bandera

"Prefiero que venga Felipe antes que Letizia, porque me gusta más", dice una mujer ante la Llotja

Sobre las once de la mañana, los primeros curiosos, rodeados por el dispositivo policial, esperaban ante las puertas de la Llotja de València la llegada del rey Felipe VI, que esta vez acudió solo a la entrega de los XXX Premios Jaume I.

Algunos desconocían que el monarca iba a estar presente en la entrega de estos galardones, otros se habían enterado durante sus compras en el Mercado Central, aunque la mayoría de ellos eran turistas que se encontraban en la zona y habían asistido para ver con sus propios ojos, aunque fuese durante unos segundos, al rey. «Nosotros salíamos de la universidad y, al ver a tanta gente, nos hemos acercado, pero nos da bastante igual, es por ver el ambiente», señalaban dos jóvenes estudiantes.

Sin embargo, algunos de ellos ya habían acudido al lugar en anteriores ocasiones para ver al monarca antes de la entrega de estos galardones. «Llevo cinco años viniendo, yo soy muy española y me gusta venir», reconoce una mujer. Además, recalca que «prefiero que haya acudido el rey antes que la reina, que ya vino el año pasado, porque me gusta más».

Por su parte, algunos de los asistentes preferían no manifestar su opinión respecto a la monarquía, ya que destacaban que «todavía no podemos hablar sobre estos temas aunque estemos en democracia».

De fondo, entre tanto murmullo, sonaban varias melodías, que acogían a los diferentes premiados que iban accediendo al recinto momentos antes de su inicio.

A falta de cuatro minutos para las doce del mediodía, Felipe VI bajaba del coche oficial para acceder, junto a otros representantes, a la Llotja. Antes de entrar al lugar, saludó desde las escaleras a los asistentes. Estos solo pudieron verlo durante unos segundos, pero fueron suficientes para que se escuchasen, aunque de manera escasa, algunos aplausos y gritos de «¡Viva el rey!» o «¡Viva España!». Sin embargo, a muchos les hubiese gustado saludarlo.

A diferencia de otros años, las banderas españolas se quedaron en casa, guardadas para otra ocasión. Tal vez, para la siguiente Eurocopa u otro acontecimiento deportivo.

Críticas a la monarquía

Durante su llegada, también hubo gente que criticó la figura de la monarquía. «No hacen nada por España y me parece increíble que la princesa cobre 8.000 euros al año sin hacer nada y mi hijo, con sus estudios, solo 800», denunciaba una mujer.

Diez minutos después de su llegada, mientras el himno de la Comunitat Valenciana y el de España sonaban dentro de la Llotja, las calles volvían a la normalidad mientras que los asistentes retomaban sus quehaceres.

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