Pablo Iglesias descartó que fuera a convocar el congreso de Vistalegre III para reconfigurar la cúpula directiva de Podemos, ostentada, a grandes rasgos, por él e Irene Montero. Lo que nadie esperaba era la destitución como secretario de organización de Pablo Echenique, número tres del partido y figura casi incuestionable en la estructura. Por ello, el partido valenciano también ha sido preso de la sorpresa y las reacciones van desde las más optimistas hasta los que tenían en sus planes una maniobra así.
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Los malos resultados electorales de la formación en las elecciones autonómicas y municipales están detrás de este movimiento. Por ello, en la C. Valenciana creen que el cese podría ser el precedente de lo que suceda aquí: exigir responsabilidades a los cargos pertinentes. Aunque todas las voces coinciden en que primero toca abordar las negociaciones del Botànic y los pactos locales, después tocará abrir el melón de las responsabilidades que, en el caso de València, se saldó con la dimisión del secretario municipal Jaime Paulino.
«Es normal que las personas con mayor responsabilidad vayan depurando sus responsabilidades», señalaron fuentes de la dirección autonómica. En el baile de nombres a los que podrían exigirles resultados está Lidia Montero, responsable de organización de la formación, la homóloga territorial de Echenique. En este sentido, se espera que haya cambios tras la composición del gobierno, e irán «más allá de los estrictamente individuales» que puedan producirse hasta entonces. La reflexión profunda y el debate interno sigue sobre la mesa a la espera de resolver las cuestiones gubernamentales más inmediatas.
La proposición del canario Alberto Rodríguez como nuevo secretario tampoco cae bien en todos los entornos. No por su perfil, porque todos coinciden en su sobrada valía, sino en las formas empleadas para su nombramiento.
Será elegido de forma oficial en el Consejo Ciudadano Estatal que Podemos celebra el sábado, pero voces en el partido valenciano tacharon de «dedazo» porque no ha sido elegido a través del sistema de primarias del partido. Serán los representantes del consejo estatal quienes ratifiquen a Rodríguez. Así incidió ayer Esther Sanz, la única valenciana que forma parte del órgano directivo. Ayer rechazó que se hablara de «destitución» o «purga» porque después de tres años en el cargo, se entiende con normalidad que deba dar paso a otro responsable que ocupe su lugar. Además, puso el acento en que ahora el aragonés tendrá un cargo aún más importante dado que estará al mando de las negociaciones con los socialistas para formar gobierno.
Relación excepcional con Iglesias
Sanz aún va más allá y asegura que Echenique «quería cambiar de responsabilidad» y será arropado en el consejo del sábado. Garantizó que la relación personal que ambos mandatarios tienen es «excepcional» y que por tanto, Iglesias no se ha «cargado» a su secretario.
Mientras, la portavoz adjunta en las Corts, Pilar Lima, también relativizó la noticia porque en Podemos «los cambios entran dentro de la lógica» morada, y pidió cautela antes de dar por sentado que Rodríguez será el sustituto porque esa decisión la deberá votar el consejo ciudadano.