El sindicato CGT calificó ayer de «abusivos» los servicios mínimos prestados durante la huelga que convocó y que obligó a Renfe a cancelar ocho trenes de alta velocidad y larga distancia. El coordinador de CGT en el área de Ferrocarril, Juan Ramón Ferrandis, ya ha anunciado que el sindicato denunciará a la operadora por imponer unos servicios que llegaban al 80 % en los trenes de larga distancia y al 75 % en cercanías. A pesar de esto, desde CGT se mostraron satisfechos por el seguimiento de la jornada de paros.
El principal motivo de la huelga es la falta de personal a la que hace frente Renfe desde hace años, y que, según Ferrandis, ha obligado a cancelar 5.000 trenes de pasajeros desde 2017. Desde el sindicato denunciaron que la falta de personal no solo repercute a nivel laboral, sino sobre todo a nivel social, provocando que los pasajeros «no puedan tener un buen servicio». De esta manera, desde CGT han reclamado un aumento de la tasa de reposición en la plantilla de la operadora.
Otra de las reivinidicaciones del sindicato tiene que ver con la reducción de jornada prometida y firmada en el Consejo de Ministros, pero que todavía no se ha hecho efectiva. Ferrandis denuncia que esta situación no hace más que agravar la precariedad laboral y ahondar en la mala calidad del servicio.
En cuanto al seguimiento del paro, fuentes sindicales han señalado que la protesta ha sido secundada por el 85% de la plantilla, aunque según su coordinador estas cifras pueden variar significativamente en función de cada estación. La huelga convocada ayer constaba de dos paros entre las 12:00 y las 16:00, a los que siguió otro entre las 20:00 y las 24:00 horas. Fuentes de la operadora confirman que, a pesar de que la huelga de ayer se celebraba en una fecha clave para multitud de personas que habían decidido empezar sus vacaciones, la jornada transcurrió «sin ninguna incidencia significativa» y con total normalidad.
Esta es la segunda huelga en Renfe en lo que va del verano tras la convocada por CC OO el pasado 15 de julio, que obligó a la compañía a cancelar 320 trenes de pasajeros de los 990 previstos. Además, era la primera de las cuatro jornadas de huelga convocadas por CGT, que tendrán lugar el 14 y 30 de agosto y 1 de septiembre, coincidiendo con las distintas operaciones de salida y regreso de las vacaciones. En palabras de Ferrandis, se espera que los servicios mínimos fijados sean muy similares a los de la jornada de ayer.
En concreto, el Ministerio de Fomento fijó unas frecuencias de un 75 % como máximo en las horas punta de Cercanías y del 50 % para las horas valle. Además, determinó un 65 % de operación en los trenes de media distancia, un 80 % en alta velocidad-larga distancia y un 25 % en trenes de mercancías.
Por su parte, el sindicato ha calificado de «masivo» el apoyo a la huelga en los servicios de atención al cliente y venta de billetes a pesar de las trabas que, consideran, ha puesto la dirección de Renfe, según señaló CGT en un comunicado. Por su parte, Renfe cifró el seguimiento de la huelga tan solo en un 2,9 % y señaló que la jornada de paros fue secundada por 119 de los 4.091 trabajadores que podían hacerlo.
Desde la operadora han precisado que la jornada de paros se ha desarrollado sin incidencias, a pesar de que uno de los trenes Euromed con destino a Barcelona fue cancelado a lo largo de la mañana. Las mismas fuentes afirman que la huelga no afectó a ninguno de los ferrocarriles que cubren el trazado del corredor mediterráneo. Tampoco se vieron perjudicados la mayoría de trenes de larga distancia con origen o destino en la Comunitat. En este sentido, la operadora tan solo se ha visto obligada a cancelar 8 trenes de los 82 ferrocarriles que conforman la red de larga distancia. En la práctica, estas cancelaciones no han supuesto perjuicio alguno para los pasajeros de la estación Joaquín Sorolla. En el peor de los casos, algunos se han visto recolocados en otro tren con el mismo destino con tan solo unos minutos de diferencia respecto al que le habían asignado.