Las obras que se están realizando en el servicio de Oncología Radioterápica del Hospital Clínico para instalar dos nuevos aceleradores lineales están obligando a derivar para recibir sus tratamientos de radioterapia a casi la mitad de pacientes del Clínico a dos hospitales privados de València (IMED, en Burjassot y el hospital Vithas 9 d'Octubre de València).
Las derivaciones comenzaron el pasado mes de septiembre al mismo tiempo que se iniciaban las obras que tienen un doble objetivo: por una parte desmontar uno de los dos aceleradores lineales con los que venía trabajando el Hospital Clínico y sustituirlo por un nuevo equipo y, por otra, crear un nuevo búnker para instalar el tercer acelerador lineal que tendrá el hospital.
Estos dos nuevos aparatos de última generación han sido comprados por la Conselleria de Sanidad para el centro gracias a los 30 millones de euros donados por el magnate textil Amancio Ortega.
Según explicaron fuentes del hospital, la derivación a hospitales privados está afectando a aproximadamente la mitad de pacientes del servicio, unos 600 anuales sin que se hayan notificado «demoras ni problemas de coordinación». Desde los sindicatos, igualmente, han certificado que las atenciones en los dos hospitales privados se están haciendo «en tiempo y forma» y que las obras no están afectando, por tanto, a la asistencia a los enfermos oncológicos.
Mientras, la otra mitad de los pacientes están siendo tratados en el Hospital Clínico con el otro acelerador lineal instalado en 2015 actualizado con la última tecnología en tratamiento oncológico.
El segundo equipo, montado
Tres meses y medio después, parece que las obras, y por tanto la derivación de pacientes, está cerca de tocar a su fin. Según fuentes del Hospital Clínico, el segundo acelerador lineal está ya «montado» pero aún habrá que esperar a su puesta en marcha hasta que el Consejo de Seguridad Nuclear dé los permisos pertinentes tras hacer las mediciones de radioactividad que marca la normativa. El tercer acelerador, para el que se está construyendo el nuevo búnker -que supondrá un coste adicional de 400.000 euros- no llegará hasta el próximo mes de abril y, conforme se recepcione «se iniciará el montaje de inmediato».
Una vez estén instalados y en marcha los tres equipos «se mejorará notablemente la asistencia», adelantaba en septiembre el jefe del Servicio de Oncología Radioterápica, Eduardo Ferrer, ya que son equipos «de última generación que permitirán incorporar técnicas punteras cada vez más seguras y eficaces contra los tumores».
El Hospital Clínico ya tuvo que derivar pacientes mientras duraron los trabajos de instalación en 2015 y 2016 del único acelerador lineal que está ahora en funcionamiento en el centro y que se va a mantener. El equipo se puso en marcha en octubre de 2015 pero en principio solo para abordar los tratamientos «más sencillos» y no fue hasta finales de 2016 cuando se implementaron todas las técnicas de últimas generación. En ese lapso de tiempo, parte de los pacientes fueron derivados a La Fe.
En este caso, desde el centro han explicado que también se están derivando pacientes a La Fe para tratamientos como «braquiterapia y tratamiento con electrones» pero, para la mayoría, se ha optado por la derivación a los privados «por la elevada actividad» que ya tiene de por sí Oncología Radioterápica en el hospital La Fe. El centro no ha querido concretar cuánto costarán estas derivaciones a Vithas e IMED.
Tres nuevos equipos «Inditex»
El Hospital Clínico de València fue el centro de la Comunitat Valenciana que más inversión recibió de los casi 30 millones de euros en equipos oncológicos donados por el magnate textil de Inditex, Amancio Ortega. En concreto, y según el presupuesto de los equipos que se hizo en su día, al hospital le correspondían más de 6,4 millones de euros en inversión que iban destinados a comprar un acelerador de alta gama, otro acelerador de técnicas volumétricas, un nuevo equipo de PET-TAC con las obras de instalación incluidas además de la actualización de uno de sus equipos de mamografía.
El Hospital General de València y el de San Juan de Alicante son los otros dos centros que más dinero recibieron de la donación en equipos, según el reparto que consensuaron los propios profesionales de Oncología de toda la C. Valenciana teniendo en cuenta las carencias existentes en los hospitales públicos.
Los aceleradores lineales, por las necesidades específicas de construcción o adecuación de los búnkeres que aíslen de la radioactividad son los equipos que más están tardando en ponerse en marcha de la treintena larga comprados con la donación, que se firmó en abril de 2017. Los equipos de mamografía, por contra, fueron de los primeros en ponerse en marcha.