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Rubén Martínez Dalmau: "Soy más revolucionario que cuando llegué al Consell"

Entrevista

Rubén Martínez Dalmau: "Soy más revolucionario que cuando llegué al Consell"

«Confíamos en la autoridad del Gobierno y los expertos», dice sobre la desescalada de solo una parte del territorio - «El Botànic lo ha hecho mejor que otras autonomías»

El primer (y único) conseller de Podemos deja Prosas profanas, de Rubén Darío, sobre la mesa. Dice que siempre lleva un libro de poesía consigo. Poco boato en su despacho: el plasma imprescindible en tiempos de videoconferencias, un pequeño óleo cedido por el IVAM, mesas y sillas funcionales estilo nórdico vulgar y, eso sí, lo mejor, un balcón abierro sobre la bulliciosa plaza del Carmen, en la València vieja. Estos días solo sube silencio de ella. El mobiliario que han comprado, explica, es para su equipo. «No podíamos no estar preparados para la postcrisis. Tendremos que estar al pie del cañón». Es uno de los miembros del Consell más criticados por la oposición. «Porque no creen en las políticas de vivienda», replica.

P Lleva menos de diez meses en el Consell. ¿Es menos revolucionario que hace un año?

R Soy bastante más revolucionario que entonces. Si la revolución es cambiar las cosas para unas mejores condiciones de vida de la gente, lo soy mucho más.

P ¿El poder no amansa? ¿No se han «moquetizado»?

R A nosotros no nos amansa. Hemos aprendido que con el poder se puede cambiar la vida de las personas. Eso se hace sabiendo que estamos en política transitoriamente. Se podría decir que me he moquetizado el día que decidiera vivir de la política permanentemente. Y eso no va a pasar nunca.

P Mantiene su idea de irse a los cuatro años entonces.

R Absolutamente. Pienso regresar a los libros y las aulas. Si pidiera un requisito para entrar en política es tener un oficio. El problema es cuando llega gente sin él y entiende la política como una forma de vida.

P Escribió hace poco en las redes sociales que cree menos en los partidos que hace un año.

R Creo menos en los aparatos de los partidos. He aprendido que se crea una disfuncionalidad entre el aparato y el partido, que son los concejales, los que trabajan en los círculos y los diputados. Es un error creer que el partido es el aparataje.

P El poder no amansa, pero ¿qué ha sido del impuesto a las viviendas vacías que proponían?

R No me gusta hablar de prohibiciones, sanciones o incorporar más impuestos. Prefiero políticas expansivas, donde podamos adquirir más parque público de viviendas y convencer a grupos que las tienen de que las necesitamos para servir al pueblo. Pero si se tiene que sancionar, se hará. Si no hay colaboración, tendremos que buscar la forma de obligar a que se haga.

P Vamos hacia una etapa de reducción de los ingresos públicos. ¿Eso lleva a una subida de los impuestos?

R No a las personas vulnerables o la clase media, que sería contraproducente. Sí habrá que pensar en una redistribución de la riqueza, que implica que los más ricos han de pagar más. Lo dice la Constitución. En un momento como este en que el Estado del Bienestar ha salido fortalecido es cuando los más ricos tendrán que aportar más.

P¿La banca rescatada en la crisis anterior con dinero público ha de retornar ese capital?

R No puede ser que en momentos de crisis unos arrimen el hombro y otros, no. No puede ser igual el papel de estos bancos o de la Sareb, que también recibió dinero público, antes y después de la crisis. Deberían arrimar el hombro.

P ¿Los recortes en el gasto público son una línea roja en Podemos?

R Esta crisis no se puede solucionar como la de 2008, con recortes en lo social y lo público. Esa crisis la pagaron los de siempre, los más vulnerables. Ahora no puede pasar. No puede implicar recortes en derechos sociales. Al contrario, hay que apostar por la sanidad, la educación y la vivienda.

P ¿Se plantearían la continuidad en un Consell que hubiera de acometer recortes?

R Un Consell en el que participe Podemos no va a acometer nunca recortes en derechos sociales.

P La deuda pública también sube. ¿Qué proponen?

R El Estado tiene mecanismos. Una de las cosas dudosas en su momento fue renunciar a una política monetaria propia. Ahora podríamos enfrentar este problema de manera diferente. Pero el Banco Central Europeo sí está haciendo ahora su función.

P ¿El euro entonces no fue una buena idea?

R No fue buena idea dejarlo en manos de un banco central independiente, no controlado. Mi tesis doctoral es sobre ello. Nos creó muchos problemas en 2008. Pero ya es pasado.

P Una de las medidas de las que más se habla es el ingreso mínimo. ¿Ha de ser un complemento de la renta valenciana?

R Los temas técnicos que los solucionen los técnicos, pero una renta vital es fundamental para la dignidad de las personas. Ese dinero no va a cuentas en B o bancos suizos, sino a supermercados y otros gastos, regresa a la economía, crea riqueza.

P ¿Ha de vincularse a una integración laboral?

R Nadie quiere vivir de un subsidio. Estas rentas ayudan a despegar y conseguir trabajar.

P ¿El Consell ha gestionado mejor que el Gobierno de España la emergencia sanitaria?

R Mejor que otras comunidades, como Madrid, Galicia o Cataluña, seguro. El Gobierno valenciano ha estado a la altura y en contacto con un Gobierno español que también lo ha estado: el día 1 decidió suspender los desahucios e impedir los cortes de agua y luz. No quiero ni pensar si esta pandemia nos hubiera atrapado con gobiernos de derechas, los mismos que gestionaron la crisis anterior.

P ¿Ha cometido errores el Gobierno de España?

R Todo el mundo los comete cuando gestiona. Especialmente ante una crisis que nadie imaginaba. Pero los aciertos han sido muchos más. Hemos tenido tres catástrofes en menos de un año y el Consell ha funcionado y fue además determinante para conseguir un gobierno de coalición en España. Eso ha hecho que esta pandemia no la paguen los de siempre.

P ¿No ha faltado al Gobierno creerse el estado autonómico? ¿No ha habido mucho mando único?

R En momentos de crisis ha de haber un capitán o se hunde el barco. Pero los gobiernos autonómicos han tenido mucho margen. La decisión de exonerar el pago del alquiler en el parque público de viviendas fue nuestra, sin permiso de nadie. O las ayudas al alquiler.

P ¿Ha sido injusto el Gobierno con la C. Valenciana al no permitir que pase toda ella a la fase 1?

R Cuando se trata de la vida, precaución. No podemos juzgar una decisión sin saber los criterios técnicos. Ya los hemos pedido. Confíamos en la autoridad del Gobierno y de los expertos. Hemos hecho muchos esfuerzos como para tirarlos a la basura en un breve espacio de tiempo. Lo que tenemos que celebrar es que una parte muy importante del territorio entrara el lunes [mañana] en la fase 1.

P La impresión después de diez meses es que hay buena sintonía de usted con Ximo Puig y menos con Mónica Oltra.

R Son impresiones subjetivas. Lógicamente existen diferentes concepciones, pero conseguimos llegar a la mejor solución y eso nos hace fuertes. Siempre he creído en los gobiernos de coalición, son los más democráticos.

P ¿No influye que PSOE y Podemos gobiernen también en España y que ustedes y Compromís se disputen un espacio electoral muy parecido?

R Nadie está pensando ahora en espacios electorales, sino en solucionar los problemas de la gente. No me gusta hablar de otros partidos y menos si son socios. Compromís tiene su electorado, que confía en un ámbito más local; el nuestro confía en ámbitos más globales.

P ¿Quién dirige las políticas verdes del Consell?

R La comisión de transición ecológica y sostenibilidad ambiental (Tesa) que yo presido. Sus decisiones van por encima de las de cada conseller. Va a tener un papel fundamental en la reconstrucción. Va a recomenzar su funcionamiento ya y va a asumir ese papel.

P Los reglamentos orgánicos de las conselleries parece que dan más poder a la de Medio Ambiente, la de Mireia Mollà.

R Bueno, no sé lo que dice un reglamento orgánico, sí sé lo que establece un decreto del Consell como el de la comisión Tesa.

P Ha realizado dos cambios de directoras generales en un año en su departamento. ¿Es de gatillo rápido?

R Al contrario. En el primer caso la decisión estaba auspiciada por ver cómo no se movían determinadas políticas de vivienda y cómo la PAH lo ponía de manifiesto. El último [el de Àngela Ballester] debería verse como ordinario: no tendría que ser excepcional cambiar responsables en función de su utilidad en el momento dado. Ahora estamos pensando en la postcrisis y el perfil nos lo da Adoración Guamán, que conoce bien que necesitamos apoyo europeo y transversalidad.

P La gestora de Podemos se dividió al abordar la salida de Ballester.

R Lo entendió muy bien. Hablé con el secretario de Organización estatal, Alberto Rodríguez, y se lo expliqué muy bien. En el partido el cambio ha sido muy bien recibido.

P ¿Cuándo fue la última vez que habló con Pablo Iglesias?

R Lo hago frecuentemente. Hace 3 o 4 días intercambiamos alguna opinión. Lo conozco desde hace mucho y hay una relación constante. Es muy accesible. Y al revés también. Me llamó para pedir que el Incliva realizara una serie de pruebas sobre la detección del virus, me puse en marcha y a los pocos dias estaba resuelto.

P Ahora existe en Podem una tricefalia entre usted, la síndica en las Corts y la gestora.

R La gestora es técnica, nadie los ha votado, es provisional. Yo soy externo, alguien de consenso fuera de la vida partidista. Creo que la asamblea futura se tendrá que construir desde ese fundamento de unión. Nadie quiere divisiones ni disputas ahora.

P¿Una candidatura única?

R Una candidatura de consenso, que es diferente. La democracia es crear consensos, no votar cada cierto tiempo. La fórmula es el diálogo.

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