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Edificios preparados para ataques terroristas o desastres naturales

José M. Adam, investigador de la Universitat Politècnica, obtiene una ayuda de 2,5 millones para estudiar la resistencia de las construcciones

Edificios preparados para ataques terroristas o desastres naturales

El investigador de la Universitat Politècnica de València (UPV) José M. Adam ha obtenido una de las ayudas más prestigiosas del Consejo Europeo de Investigación, dotada con 2,5 millones de euros, para realizar un proyecto que contribuirá a construir edificios más seguros y robustos, evitando el colapso progresivo de su estructura, frente ataques terroristas, desastres naturales u otros eventos extremos.

Este tipo de colapso va siempre acompañado de importantes pérdidas materiales y humanas, por lo que el proyecto Endure ayudará a evitarlas. Se trata de una propuesta «radical», basada en segmentarlos y unir las diferentes partes con fusibles estructurales, con el fin de evitar la propagación de fallos por toda la construcción. Es una nueva filosofía similar a cómo las redes eléctricas se protegen frente a sobrecargas, al conectar segmentos de la red mediante fusibles eléctricos.

En este caso, los fusibles estructurales evitarían el colapso progresivo de un edificio ante una amenaza externa como una explosión o colisiones contra su estructura, explica Adam, que desarrolla su labor investigadora en el Instituto de Ciencia y Tecnología del Hormigón (Icitech) de la UPV.

Por ejemplo, la segmentación con fusibles hubiera evitado el derrumbe del Hard Rock Hotel en Nueva Orleans el año pasado o los colapsos de varios edificios en Beirut, tras las explosiones que se dieron en la zona portuaria de la capital de Líbano, resalta la Politècnica en un comunicado.

Evitar el efecto dominó

Un colapso progresivo ocurre cuando un fallo en una parte de un edificio desencadena un efecto dominó que lleva a al colapso de toda la estructura o de una parte importante de ella. Los códigos de diseño de edificios dotan a las estructuras de un alto grado de continuidad e indican expresamente que un edificio debe ser capaz de soportar el fallo de una única columna. De este modo, cuando falla un elemento de la estructura, su carga se redistribuye entre el resto de elementos, evitando así un colapso progresivo.

«Pero no siempre es así. Esta filosofía de diseño ha sido efectiva en muchas ocasiones, como por ejemplo en el atentado sobre las Khobar Towers en 1996. Pero existen ciertos escenarios en los que los códigos actuales de diseño no son efectivos, e incluso llegan a incrementar el riesgo de colapso progresivo», apunta el investigador.

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