Diez meses después de que el estado de alarma pusiera de forma descarnada encima de la mesa la magnitud de la pandemia de coronavirus iniciada en China a finales de 2019 y expandida en pocas semanas por todo el planeta, la Comunitat Valenciana, como el resto de Europa, vive una tercera ola de la covid 19 con cifras más que preocupantes, tanto que el número de contagios ha alcanzado en los últimos días niveles desconocidos en este tiempo, aunque también es cierto que ahora se realizan muchas más pruebas diagnósticas que en los peores momentos de marzo y abril del año pasado. La autonomía supera ya los 3.500 muertos. El número de fallecidos crece día a día. No obstante, esas estadísticas que están empezando a colapsar los hospitales y, singularmente, las UCI, no han reproducido, al menos de momento, los problemas de enterramiento que se manifestaron en el inicio de la pandemia.
Así lo asegura a este diario Félix Pont, presidente de Divina Aurora, la cooperativa con sede en Xàtiva que es el mayor fabricante de ataúdes de España. En las semanas críticas, esta cooperativa elevó en un 150 % su producción. Si un mes normal fabricaba 6.000 cajas, en aquel momento llegó a 15.000. Dicho de otro modo, en marzo y abril la firma fabricaba cada día entre 600 y 700 cajas. La situación en estos momentos es bien diferente, dado que se encuentra en una media de unas 380 cada jornada. Se trata más o menos de la misma cifra de ahora hace justo un año. En enero de 2020, cuando la covid era una amenaza, creciente pero todavía no cercana, la cooperativa producía unos 360 ataúdes.
Pont asegura que los meses de diciembre, enero y febrero suelen ser todos los años los de más faena, porque son cuando se produce el pico de defunciones y, por consiguiente, de compra de ataúdes. ¿Por qué apenas se está notando este año la incidencia de la covid? Pont lo tiene claro: el uso generalizado y cotidiano de las mascarillas desde la expansión del coronavirus ha reducido este año de forma considerable los contagios por la gripe, que habitualmente es uno de los factores que contribuyen a elevar los fallecimientos, sobre todo entre personas de edad avanzada o con enfermedades de riesgo. Asimismo, añade que el incremento de los contagios no se ha visto acompañado de un aumento exponencial en el número de muertos. Por ahora, claro. De hecho, Pont augura que en el plazo de dos semanas aumentará la mortalidad, aunque no espera que se alcancen las cifras de marzo del año pasado. En cualquier caso, el presidente de la cooperativa de la capital de la Costera tampoco prevé que se vaya a producir una carencia de suministros para fabricar este producto. La materia prima para fabricar ataúdes está garantizada.
La facturación de Divina Aurora en 2019 alcanzaba los 9 millones de euros, casi lo mismo que había logrado en los nueve primeros meses de 2020. La cooperativa fundada en 1946 en Xàtiva produce al año de media unas 65.000 cajas, más del doble respecto de la firma que ocupa la segunda posición en el escalafón nacional. Tiene una plantilla de 120 trabajadores, aunque en lo más duro de la primera ola del coronavirus tuvo que contratar a una treintena de eventuales para hacer frente al trabajo extra. Fueron los meses de marzo y abril, en los que la firma trabajaba incluso los sábados y domingos. Divina Aurora destina el 80 % de su producción al mercado español, pero está internacionalizada desde hace tres décadas, cuando empezó a vender ataúdes a Costa Rica. Luego llegaron otros destinos, como Chile, Guinea Ecuatorial o la Rusia siberiana. El próximo objetivo está puesto en Estados Unidos.
