Los camiones refrigerados aparcados en Feria València y el Instituto Ferial de Alicante, con hasta 3.500 kilogramos de desechos sanitarios en su interior, no tardarán en abandonar sendos recintos feriales. La siguiente parada será alguna de las plantas de tratamiento de residuos industriales más cercanas, bien en el área metropolitana de València o en las inmediaciones de la capital alicantina. Allí, los restos de epis, mascarillas, guantes, protectores de pie y cabeza o empapadores se someterán a un proceso de triturado. El material obtenido, casi polvo, es lo que finalmente servirá como combustible sólido valorizado en alguna de las cementeras de la Comunitat Valenciana que cumplan los requisitos técnicos para la coincineración.
La resolución de la Conselleria de Sanidad Universal y Salud Pública publicada ayer en el Diari Oficial de la Generalitat Valenciana deja el camino expedito a una decisión, la de quemar los restos sanitarios, autorizada por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Al no disponer de plantas incineradoras en territorio valenciano, se optó por los hornos de las fábricas de cemento.
Algo que permitirá a la Generalitat descongestionar la única instalación con el sistema de autoclave, ubicada en la Vall d’Uixó. Sobre todo por el incremento que supondrá a partir de marzo la vacunación masiva. Este tipo de residuos serán prioritarios para la esterilización frente a los equipos de protección individual, que sometidos a cuarentena pierden capacidad de contagio.
Firma entre mercantiles
Ahora solo queda la firma del acuerdo entre la empresa que retira los restos y la cementera en cuestión. A última hora de ayer, sin embargo, esta última aseguraba que no había recibido aún el requerimiento con las condiciones para dar cumplimiento a la orden de conselleria, que facilita el marco legal pero no participa de los acuerdos entre las diferentes mercantiles.
Fuentes de la Generalitat Valenciana han insistido en los últimos días en que se trata de material biomásico y plástico no peligroso, como celulosa o plástico procedente de los equipos de protección individual empleado por el personal sanitario de hospitales o residencias. La superficie de estos desechos pierde la carga contagiosa a las 72 horas.