Los matemáticos pronostican que septiembre vendrá con brotes de coronavirus muy aislados en múltiples entornos como el laboral o el escolar. A pesar de que este verano se ha disparado la movilidad entre la población, que ya aprovecha para hacer más viajes incluso fuera del país, ciertos investigadores apuntan que la vuelta al colegio pueda ser más suave porque el sistema sanitario y educativo, además de los propios investigadores, cuentan con la baza de tener más experiencia para acorralar al virus. Y sobre todo ayuda que más de la mitad de la población ya está vacunada.

Con todos estos factores se espera que el pronóstico sea más favorable que el del año pasado, cuando hubo un goteo prácticamente diario de alumnos confinados y fueron múltiples las aulas que se cerraron en la provincia ante contagios que incluso llegaron a producirse en los autobuses escolares.

«Ya está la experiencia, el año pasado la ola empezó en julio y hasta octubre no se tomó la medida. El curso pasado hubo incertidumbre sobre el protocolo sobre qué pasaría con el oxigeno en las aulas, la ventilación, era todo muy experimental», apostilla Santi García Cremades, matemático y profesor de la Universidad Miguel Hernández de Elx.

La cuarta ola tocó ya techo a finales de julio y desde entonces se nota cierta mejoría en los indicadores, aunque los expertos piden a la ciudadanía que no se relaje porque en septiembre puede venir un repunte de contagios, a pesar de que sean más testimoniales los brotes, al romperse varios grupos burbuja con la vuelta al trabajo y al colegio.

De igual modo, este divulgador científico apunta que la clave para contener nuevos contagios está en espaciar los diferentes eventos que se hagan por municipios y tratar de que sean en espacios abiertos. Como ya apuntó Cremades en días previos a la celebración de las Fallas, se puede prever un aumento de contagios en estas fechas clave porque se presupone que habrá cientos de usuarios que se desplacen para contemplar esta fiesta.

Aún y así, la Comunitat Valenciana espera situarse en una incidencia entre 110 y 115 casos de coronavirus por cada 100.000 habitantes para el 31 de agosto, a las puertas del curso escolar. Sin embargo, los expertos señalan que la variable de la incidencia acumulada no termina de ser determinante, ya que es un parámetro que especialmente este verano está dando errores. La explicación estaría en el alto nivel de movilidad de la población este verano , que ha forzado a los matemáticos a cambiar sus modelos de predicción del avance del coronavirus. Ahora tienen que ir tras la pista de otras variables .