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Los delitos de odio aumentan un 66 % en los últimos ocho años

En 2020 se registraron 151 denuncias con el racismo, la ideología y la orientación sexual como las causas más frecuentes según datos de Interior

Manifestación ultraderechista el día 1 de mayo en València. | EDUARDO RIPOLL

Los delitos de odio no han parado de subir desde que hay registros. De 100 casos conocidos en la Comunitat Valenciana en el año 2013, a 151 en el año 2020 (con confinamiento domiciliario incluido). Son los datos que se extraen de los Informes sobre la evolución de los delitos de odio en España que el Ministerio de Interior publica desde hace ocho años.

Las principales motivaciones de estos delitos, según reflejan las estadísticas, son el racismo/xenofobia, la ideología, la discriminación por sexo y la orientación sexual (lgtbifobia). Lo son desde que hay estadísticas. En el año 2020 se dieron 58 delitos por racismo, 20 por discriminación sexual y 24 por ideología y discriminación por sexo. La provincia más afectada por esta lacra cada año es València, seguida de Alicante y de Castelló, en ese orden por número de delitos. En cuanto a tasa de delitos por cada 100.000 personas, la Comunitat Valenciana se sitúa en la media estatal (3).

Si se replica el mismo ejercicio a nivel nacional, los datos descendieron en 2020 (1.401), algo que no ha ocurrido en la Comunitat Valenciana. Al contrario. Y de igual manera, desde 2013 (1.172) a 2019 (1.706) no paran de crecer en el resto de España.

Combatir la infradenuncia

Pese a todo, esta escalada de delitos no tiene por qué tener una lectura negativa. Como señala Susana Gisbert, fiscal delegada de delitos de odio «estoy segura de que cada año la gente denuncia más este tipo de delitos». Es decir, esta realidad se está haciendo cada año más visible. Según estimaba el Ministerio de Interior en su última encuesta de delitos de odio (2021) solo uno de cada diez casos de discriminación se denuncian. «Nunca me ha ocurrido que una persona venga a denunciar y me diga que no le había pasado nunca. Siempre le ha ocurrido muchas veces antes y cuando vienen a denunciar lo hacen porque piensan que ya está bien», explica Gisbert.

Formación. Visibilidad. Esas son las claves. Primero, que las Fuerzas de Seguridad y operadores jurídicos conozcan y sepan tratar esta realidad. Segundo, que las propias víctimas tengan información. «Hay dos problemas, el primero que muchas personas no saben que si le dicen ‘maricón de mierda’ es denunciable, el segundo que todavía hoy hay casos en los que se dice y los policías acaban cerrándolo solo con un delito de lesiones», explica.

Algo similar ocurre con el racismo. Muchas víctimas no saben que lo son, aunque aquí, cuenta Gisbert, también entra el miedo a denunciar cuando se es una persona en situación administrativa irregular. Sobre la ideología, una de las principales causas, Gisbert asegura que «no podemos obviar que existe una ideología que comete casi todos estos delitos». «Son grupos de skins y neonazis que tienen en su ADN la discriminación al vulnerable. Y no solo atacan por ideología, también por racismo, orientación sexual, aporofobia o discapacidad».

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