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La derecha empuja de los despachos a la calle el conflicto lingüístico

Vox radicaliza el anticatalanismo de PP y Cs, según los expertos

La derecha empuja de los despachos a la calle el conflicto lingüístico

¿Es el conflicto lingüístico e identitario un conflicto real para los valencianos? ¿Existe un problema con el uso del castellano frente al valenciano o del valenciano frente al castellano? ¿Consideran los ciudadanos que se vulneran sus derechos como hablantes en los espacios públicos, los centros de salud o las escuelas? ¿Sienten que se impone por parte de las instituciones poco -o quizá demasiado- una identidad cultural sobre otra?

Las encuestas no parecen reflejar un escenario especialmente conflictivo. En el último barómetro de la Generalitat correspondiente al mes de octubre de este año, la «lengua» supone un «problema» para el 1,6 por ciento de los encuestados. Poca cosa si lo comparamos con otros problemas como el del desempleo (34,4 %), la sanidad (22,0 %), el crecimiento económico (22,0 %) o el coste de la vida (15,2 %). El mismo barómetro señala que desempleo, sanidad y economía son, para los ciudadanos, los tres principales problemas que sufre la Comunitat Valenciana. El problema de la lengua ocupa el puesto 25.

El conflicto identitario y lingüístico tampoco despierta una actividad administrativamente excesiva. En lo que va de año, se han presentado ante el Síndic de Greuges un total de 3.964 quejas, de las cuales solo 56 están relacionadas con la supuesta vulneración de derechos lingüísticos. Además, según fuentes del Síndic, se reparten bastante equitativamente las quejas de valencianoparlantes ante las dificultades de usar su lengua en espacios públicos y privados, y de castellanoparlantes que habrían visto sus derechos vulnerados por parte de las instituciones.

No parece, por tanto, que el conflicto esté en la calle pero sí lo vemos -y da la sensación que de forma creciente-, en el debate político e institucional, impulsado principalmente por la oposición al gobierno tripartito de PSPV, Compromís y Podemos.

«Països» y «apartheid»

El pasado jueves, el portavoz municipal de Ciudadanos en València, Fernando Giner, participaba en un acto de apoyo al uso del castellano en Cataluña. «Queremos decir aquí en Barcelona, con los compañeros del partido en Cataluña y Mallorca, no a los ‘països catalans’», proclamaba Giner, para denunciar a continuación la complicidad del PSPV con el separatismo y alertar de que «hay más de 30 municipios donde la educación de 3 a 6 años solo se puede estudiar en valenciano». También la portavoz de Cs en el consistorio barcelonés, Luz Guilarte, denunció aquel día que desde hace décadas existe en Cataluña un «apartheid lingüístico» y que «se está extendiendo a la Comunitat Valenciana y Baleares».

«Països Catalans» y «valenciano» son dos términos que también el PP suele relacionar con frecuencia para atacar las políticas lingüísticas y culturales del Botànic.

A modo de ejemplo, la síndica del PP en las Corts, María José Catalá, exigía el viernes al Consell «transparencia y que dé a conocer cuánto dinero nos costará a todos los valencianos la celebración del Año Fuster, promotor del término Països Catalans». También pedía Catalá al presidente de las Corts, Enric Morera, que aprovechase su encuentro de ese día con su homóloga catalana, Laura Borràs, «para exigir que proteja al menor señalado de un colegio de Canet de Mar (Cataluña) y garanticen la educación en castellano».

Tanto PP como Cs presentaron a finales de noviembre una proposición no de ley para que las Corts realicen un «acto de desagravio» a la «fantasía» de permitir el uso del término «Països Catalans» en el Senado. También denunciaron el pasado mes que la Generalitat financie la plataforma digital Bon Dia TV de TV3, IB3 y À Punt, por promover la «unidad de la lengua catalana».

También en noviembre los populares -que fueron quienes impulsaron judicialmente esta iniciativa-, celebraron la anulación definitiva por parte del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana de varios puntos del decreto por el que se regula la Oficina de Derechos Lingüísticos (ODL). Se «ha frenado, una vez más, la inmersión lingüística» que pretende llevar a cabo el gobierno de Ximo Puig, proclamaba entonces el presidente del PPCV, Carlos Mazón.

La existencia de un conflicto identitario y lingüístico en la Comunitat Valenciana no es ninguna novedad. Pero los ecos -quizá todavía lejanos-, de los tambores electorales y, sobre todo, la constatación de que propuestas «extremas» como la de Vox se han consolidado, han incrementado en los últimos meses los intentos de aprovechar políticamente este conflicto y crear desde las sedes de los partidos un debate que, por ahora, no parece ocupar la calle.

No está en la calle pero sí puede tener un rédito electoral y por eso los partidos, especialmente los de la derecha, suelen recuperar el conflicto cíclicamente, según apunta la profesora de Ciencia Política en la Universitat de València Aida Vizcaíno.

«Desde los años 70 con la famosa batalla de València, el conflicto socioidentitario valenciano está sin resolver porque sirve para hacer un cribaje político y organiza a la población según su postura», explica Vizcaíno, que establece tres etapas de auge para este escenario. Una fue aquella de finales de los 70 y principios de los 80, otra a principios de los 90 que culminó con la llegada del PP al gobierno de la Generalitat y una tercera que se inició con el nuevo cambio político al frente del Consell.

Vizcaíno no duda de que conforme avance la actual legislatura la oposición al Botànic va a ir intensificando sus actuaciones respecto a la convivencia entre el castellano y el valenciano o la identificación de este último idioma con el catalán. «Siempre les ha funcionado electoralmente -subraya la socióloga-. Primero porque tienes a la población alineada en un bando u otro, y segundo, y esta es la novedad, porque tienes el empuje de la extrema derecha, un factor interesante que hasta ahora no habíamos tenido».

Según Vizcaíno, el conflicto sociolingüístico ha contado históricamente con un bando valencianista conservador o de derechas que se ha diluido -o, directamente, desaparecido- al perder referentes personales (según la socióloga, no lo son ni Mazón ni Catalá) y, sobre todo, al notar cada vez más cerca «la presión del españolismo de la extrema derecha».

«Esta españolidad representada por Vox es interesante porque activa la lógica anticatalanista y funciona sin necesidad de reflexionar sobre qué es ser valenciano -explica la socióloga-. Es un discurso que probablemente no cala como valencianista pero sí en el sentido de lo españolista, anticatalanista o antindependentista. Se ha cambiado valencianismo por anticatalanismo, el ‘Cataluña nos roba’ lo que sea por la identificación de todo lo catalán con la ruptura de España».

Radicalización del discurso

También el sociólogo Rafael Castelló apunta a esta «radicalización» del discurso del PP y Cs sobre el conflicto identitario y lingüístico. «Históricamente, y de forma más o menos periódica, la derecha ha sacado el espantajo de la lengua para ligarla al catalanismo y a posiciones políticas de carácter valencianista. No es, por lo tanto, algo extraño», explica Castelló.

«Pero con la fuerza que están tomando los discursos de extrema derecha, y la colaboración de una parte del Estado, sobre todo del poder judicial, que están recibiendo, esta posición está adquiriendo un tono más grave -añade el profesor de la Universitat-. Estamos volviendo a planteamientos predemocrácticos, la derecha no tan extrema ha entrado al trapo de la extrema derecha y están intentando, en la lengua y en otras materias, construir una España lo más parecida posible a la franquista».

Sobre si este discurso se puede trasladar a la calle y calar en una parte de la ciudadanía para la que el conflicto no lo es tanto, Castelló piensa que los cambios pueden ser poco perceptibles, pero también decisivos. «Es un tema que a la sociedad valenciana llega poco y la política de bloques de hace años no va a cambiar mucho más -reconoce-. Pero las elecciones pueden ganarse por pocos votos. Así que, aunque numéricamente haya poca gente movilizada por estas cuestiones, sí pueden generar un cambio».

Aunque los estudios demoscópicos parecen mostrar que la de la lengua y la identidad no es ahora una cuestión prioritaria nivel social, Aida Vizcaíno insiste en que la situación tiende a radicalizarse. «No es prioritario porque está empezando ahora -asegura-. Es ahora cuando los medios y los partidos están volviendo a hablar más de ello. Probablemente en unos meses vuelva a ser una cuestión más popular porque electoralmente funciona».

Escola critica que el marco jurídico «limita el avance del plurilingüismo»

Escola Valenciana clausuró ayer su cuatro Congreso, en un acto en el que participaron entre otros el conseller de Eduación y Cultura, Vicent Marzà. Según señala Escola Valenciana en un comunicado, los datos «muestran un retroceso» en uso social del valenciano en los centros educativos. El congreso ha concluido que «lengua mayoritaria fuera del aula, en los patios, es el castellano y marca la falta de continuidad lingüística en la transición de primaria a secundaria».

Los ponentes han explicado que, aunque desde 1985 hasta 2015 han aumentado las capacidades académicas y prácticas en diversos ámbitos, esto no se ha traducido «en un aumento considerable del uso del valenciano. Al contrario, el conocimiento de la lengua y su enseñanza no repercute en su uso, que se reduce al ámbito familiar y en determinadas zonas geográficas que lo emplean de forma más sistemática». Por ello, Escola Valenciana considera que la gestión de las lenguas dentro del sistema educativo «exige incrementar el uso vehicular y social del valenciano como lengua minorizada, potenciando un modelo autocentrado de lengua cercana al alumnado».

Otra conclusión del congreso respecto a la situación lingüística del valenciano es que, para conseguir la competencia plurilingüe «debe partirse de un porcentaje mayor o igual al 50 por ciento» ya que por debajo «son insuficientes». Y en cuanto a la exención de la educación en valenciano para los alumnos de las zonas de «predominio lingüístico castellano», el congreso ha concluido que en «pleno siglo XX» esta exención «debe revisarse». Para los educadores, el marco jurídico actual «nos limita muchas actuaciones que favorecerían un avance en la enseñanza plurilingüe». Ante ello, han destacado que «el uso del valenciano ha sido un recurso de integración y cohesión, pero la realidad a pie de centro muestra una discrepancia entre lo que se afirma desde la base teórica.

El congreso de Escola también ha rendido homenaje a «todas las mujeres que han contribuido a hacer una escuela valenciana, innovadora e igualitaria», destacando entre otras la figura de la maestra y política republicana Amparo Navarro.

La coordinadora del Congreso, Pilar Gregori, subrayó en la clausura la importancia de «formar ciudadanos que recuperen el espacio público de diálogo y sus derechos democráticos». Y el conseller Vicent Marzà anunció la creación una Cátedra de Transformación Educativa Carme Miquel de la Universitat de València y la Jaume I por una parte, y la Cátedra de Multilingüismo de la Universitat d’Alacant por la otra.

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