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Feijóo, en la imagen final del congreso del PP en Sevilla.Levante-EMV

Feijóo ofrece diálogo y respeto a la España diversa sin hablar de financiación autonómica

El congreso de “reinicio” dibuja un partido sobre tres pilares territoriales: Galicia, Andalucía y Madrid. Mazón y el PPCV tendrán que trabajarse su espacio

La organización corta a Cuca Gamarra (toda una secretaria general) para la entrada de Alberto Núñez Feijóo. Es la realidad: el acto es para proclamar el reinado del líder gallego. Feijóo entra acompañado de la música energética de People has the power (Patti Smith). Uno diría que esta música ya sonó en el congreso de Pedro Sánchez. A la derecha del gallego se ve a Isabel Díaz Ayuso. A su izquierda, Juan Manuel Moreno Bonilla. Todo está dicho. El triángulo del poder popular. También territorial. El triángulo del entendimiento entre unos (moderados) y otros (populistas) para recuperar el PP de las mayorías y del poder.

Feijóo parece el más incómodo con estas celebraciones de masas, con los cánticos futboleros de ‘presidente, presidente’. Parece verdad lo que dijo el viernes y ha repetido: que duda, que no es infalible, que no se cree en posesión de la verdad, que es consciente de sus limitaciones y que, con esta mochila, esto no estaba en sus planes.

En la parte valenciana, este fin de semana certifica un plan renove total (o casi) de las voces en Génova, si la sede central del PP continúa estando en la misma calle de Madrid. Ninguno de los cuatro valencianos que estaban en la ejecutiva de Pablo Casado resiste. Ni Belén Hoyo, ni César Sánchez, ni Vicente Betoret, ni Begoña Carrasco. Solo Carlos Mazón como miembro nato por su cargo de presidente del PPCV. Entran nuevos que vienen de antes.

En el discurso de entronización y en los dos que pronunció el viernes, Feijóo ha dicho y también no ha dicho. Ha hablado de centralidad y moderación. No ha dicho nada de financiación autonómica, ese tema que nuclea la agenda valenciana y que también es compartido por el PPCV. Es un tema conflictivo entre los territorios y él ha preferido evitarlo a pesar de estar en una comunidad infrafinanciada (Andalucía). Algo quiere decir. Como algo querrá decir que Mazón tampoco hablara de financiación autonómica en su intervención del viernes, en los que sí citó otros retos valencianos. Ha insistido también hoy ante los micrófonos en esa posición reivindicativa en España.

El nuevo rey popular ha hablado de autonomismo y de diversidad territorial. Nada de federalismo y otras aventuras. “El PP no es un partido confederal, sí autonomista y que defiende la nación española”, ha dicho. Ha hablado de compromiso europeísta. Nada de autocracias ni radicalismos.

PIlares territoriales

El nuevo PP tiene bien definidos tres pilares territoriales: Galicia, Madrid y Andalucía. Se ha visto estos días en los gestos de Feijóo con Díaz Ayuso y Moreno Bonilla. La cuarta pata debe ser la valenciana, aunque el protagonismo ha sido menor porque no gobierna. Y también porque Mazón estuvo con Pablo Casado y Teodoro García Egea hasta que la situación ya no se sostenía y no estuvo en la operación Feijóo desde el minuto uno. El presidente del PPCV tendrá ahora que recorrer ese camino. Ha empezado este fin de semana con mensajes de cohesión interna hacia una delegación que no da indicios de querer batallas. Quizá esa cuarto pilar esté más visible con las designaciones que faltan en la dirección popular. De momento, no tanto.

Feijóo tampoco ha querido crear problemas a Mazón. Podía haber dado alguna visibilidad, por ejemplo, a Isabel Bonig y no lo ha hecho. La expresidenta del PPCV ha estado pero no se le ha visto. Ha preferido la discreción, no zancadillear.

Feijóo tampoco ha querido crear agravios territoriales internos. Ha señalado a María José Catalá como protegida suya (y de González Pons), pero ha situado también en la ejecutiva al alcalde de Alicante, Luis Barcala. No ha querido molestar al principal baluarte del PP en la C. Valenciana. Y algo parecido se puede decir con Castelló al situar a Alberto Fabra en la dirección.

Los políticos valencianos de la nueva ejecutiva, presentes en el congreso del PP en Sevilla

Feijóo no habla de la corrupción

Feijóo ha hablado de sosiego, de un partido propositivo, capaz de acuerdos. Feijóo no ha hablado de corrupción. Lo ha hecho Moreno Bonilla para señalar la socialista en su comunidad. Feijóo ha hablado de política seria. La que no erosiona las instituciones. Ha hablado de respeto a la monarquía. Y a los sindicatos. Y a la diversidad familiar. Ha hablado de un partido que “no enfrenta por cuestiones de género, sino que avanza en la igualdad sin trampas”. Un partido que defiende los servicios públicos. Ha hablado de rehuir polémicas y de crear problemas y “debates estériles”. Ha hablado de reformar con serenidad y de tender puentes con los que piensan de otra manera. Feijóo ha querido dejar en Sevilla una imagen de tranquilidad.

La crónica acaba con la imagen del final del congreso: Feijóo, en el escenario azul klein, aclamado entre Casado, Díaz Ayuso y Rajoy. Al lado, los barones. Y ningún valenciano en esa escena final. Casi todo está dicho ahí.

No. La crónica acaba con las lágrimas de Lisa Yasko, la diputada de Ucrania que se llevó el aplauso del congreso. Supone una cierta esperanza en que aún se pueden discernir los problemas reales de la trifulca partidista en este dulce Occidente.

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