Metaverso es la nueva palabra de moda en Internet, pero mucha gente no sabe lo que es realmente. Los expertos afirman que es como un avión que todavía no vuela, pero que está cogiendo velocidad en la pista de despegue. Sabemos que es la gran apuesta del dueño de la antigua Facebook -la red social ha cambiado de nombre a Meta-, y que las grandes marcas ya están invirtiendo en él. O en uno de ellos, porque todos coinciden en que habrá muchos metaversos.

El empresario valenciano y dueño de Mercadona Juan Roig ya ha comprado espacios en Uttopion, el «primer metaverso español», y ha captado 1.600 potenciales compradores de sus inmuebles en su primer mes de vida. «Esto no es una burbuja que vaya a estallar. Seguro que se va a utilizar, pero el cómo se va a definir aún no se sabe del todo», explica Santiago Escobar, experto en ciberseguridad e inteligencia artificial.

Para saber lo que es el metaverso lo primero es saber lo que no es. «Mucha gente cree que es un juego, pero no. El metaverso es una realidad totalmente virtual, en la que vamos a ir entrando para hacer de todo. Estamos hablando de esa realidad virtual que hasta ahora había estado restringida a los videjuegos y que ahora nos permitirá interconectarnos. Por ejemplo, en vez de utilizar el WhatsApp, te comunicarás a través del metaverso. O trabajarás desde casa entrando en él. El metaverso busca ese salto virtual de los videojuegos al día a día, en el que va a haber anuncios, intermediarios, compra-ventas...», añade el experto.

Las marcas ya participan

La catedrática de Administración Digital de la Universitat Politècnica de València, Nuria Lloret, explica con una palabra el sentido del metaverso: «Interoperatividad». «Hay muchas marcas que ya tienen presencia en los metaversos. Hay grupos de un colegio de Málaga, por ejemplo, que ya van a dar clases en un metaverso específico», asegura.

«La diferencia específica entre videojuego y metaverso está en la interoperatividad. Cuando entras en un videojuego y compras cosas, se queda dentro del juego y no puedes llevar las cosas de aquí para allá con tu avatar. Con el metaverso se podrá interoperar. Podrás tener un metaverso con la oficina, y ese avatar, con sus camisetas, su coche, sus cosas, podrá entrar en otro metaverso para ver un concierto, o ir al médico. No tiene porqué ser un concierto real, sino uno creado en ese metaverso», añade Lloret. ¿Ir al médico? Sí. La consulta telefónica, en uso desde la pandemia, pasará a ser virtual, señalan.

Las gafas con realidad aumentada, tecnología muy desarrollada que permite la aplicación de elementos virtuales sobre una representación de la realidad física, es clave en la evolución de los metaversos. «Ya hay mucha gente que las utiliza en determinados contextos. Y los teléfonos de ahora también llevan cámaras con esta tecnología.

Por ejemplo, una vez la Politècnica cree su propio metaverso, podrás ir a clase con tu propio avatar. Y con la realidad aumentada, será todo inmersivo. Con las gafas de realidad aumentada tendremos la sensación de que estamos en el aula con nuestros compañeros», afirma la catedrática.

Los expertos en la materia, por tanto, coinciden. Habrá muchos metaversos interconectados. Podremos ir al fútbol y al teatro. Podremos ir al centro comercial a comprar productos reales. «Será posible ir a un partido de la Premier, por ejemplo, y verlo desde primera fila o incluso desde arriba del campo, flotando sobre los jugadores. Y después podrás entrar en otro metaverso a hablar del partido con tus amigos, por ejemplo», explica Escobar. «Hay que pensar más en las experiencias que no son locales, sino más globales. Yo no me voy a ir físicamente a Las Vegas a un concierto o a jugar en un casino, sino que entro en el metaverso y me saco un bono», añade Lloret.

En definitiva, estamos ante un ecosistema virtual e inmersivo donde podremos (en realidad, ya podemos hacerlo en algunos metaversos ‘experimentales’) reunirnos con la familia o amigos, hacer ejercicio, trabajar, jugar o ir a un concierto, aprender, comprar y prácticamente cualquier otra actividad a la que se tenga acceso en el mundo real. Las barreras de espacio y tiempo desaparecen y se podrá estar en cualquier sitio del mundo sin moverse del sofá.