El Grand Combin es una cumbre que culmina a 4.314 metros, situada entre el Val de Bagnes y el de Entremont. Las rutas previstas suelen estar heladas y para emprender su ascensión, los montañeros esperan a que el tiempo sea más templado, de forma que la nieve se pegue y el recorrido sea más fácil.

De todas formas, se trata de una subida que los expertos consideran muy exigente ya que en algunos lugares la pista alcanza los 40 grados de inclinación y es imprescindible el uso de crampones.

El accidente en el que falleció el pasado viernes el valenciano Ximo Tormo se produjo cuando unos grandes bloques de hielo -conocidos como seracs- se desprendieron a unos 3.900 metros de Grand Combin para estrellarse unos 500 metros más abajo, en el sector «Plateau du Déjeuner», mientras diecisiete montañeros divididos en varios grupos realizaban su ascenso por la «Voie du Gardien» , en el municipio de Val de Bagnes.

En el lugar del accidente, los trozos de hielo fragmentados por la caída «eran del tamaño de una silla» y se extendieron por varios cientos de metros de largo y ancho, según detalló a la prensa local uno de los responsables del rescate de los heridos. Este último también señaló que este tipo de caídas de «seracs» «son muy difíciles de predecir en la alta montaña y podrían haber ocurrido una hora antes o después. Los montañeros tuvieron mala suerte».

Según el director del Salvamento Alpino de la Val d’Aosta, el desprendimiento podría deberse a las altas temperaturas, inusuales para la estación primaveral. «Sin duda, el cambio climático y el calentamiento global hacen que los seracs sean cada vez más inestables. Y precisamente porque los peligros se han vuelto más frecuentes, se descartan muchas rutas de escalada», comentó a Adnkronos Jacopo Gabrielli, glaciólogo del Instituto de Ciencias Polares del CNR, respecto al derrumbe de «serac».