El Arzobispado de València ya ha iniciado las obras de restauración de la antigua iglesia parroquial de Marines Viejo, que se encuentra en un grave estado de deterioro desde hace años. Si bien durante 2017 el mismo ente eclesiástico ya se encargó del revestimiento de la fachada del templo, en esta ocasión los trabajos se centrarán en la cubierta, las naves laterales, la sacristía y el trascoro del edificio, según ha indicado el Ayuntamiento de Marines.

El desastre provocado en el viejo Marines por un desprendimiento de rocas durante la riada de 1957 -que dejó seis muertos y dejó decenas de casas derruidas- fue el preludio del abandono casi por completo de la localidad. Durante los diez años siguientes los vecinos fueron trasladados al actual Marines y gran parte de las casas de la antigua localidad fueron abandonadas, al igual que la iglesia del municipio. Con el paso del tiempo un grupo de personas inició la repoblación de este enclave, en el que ahora viven una treintena de vecinos.

No obstante, la iglesia -al igual que un buen número de inmuebles del antiguo pueblo- permanece en un estado de deterioro generalizado, en el cual desde el consistorio incluso temían que se produjera algún desprendimiento provocado por las filtraciones de agua. Ante ello, el consistorio reclamó al Arzobispado la rehabilitación del edificio, para la que ambas entidades han llegado a un acuerdo que se concreta ahora con los trabajos anunciados.

Recalificación para 80 casas

Por otra parte, la Conselleria de Vivienda ha aprobado la petición de recalificación de 24.000 metros cuadrados de unos terrenos ubicados al noroeste del Parque del Real, en el término municipal de Marines. Con este acuerdo, el ayuntamiento ha anunciado que se pondrá en marcha la construcción de nuevas viviendas con las que pretende evitar el éxodo de sus jóvenes.

Estas nuevas obras, según fuentes municipales, supondrán la construcción de alrededor de 80 nuevas viviendas con las que esperan que se pueda dar cabida en el municipio a unas 200 personas más, que se sumarían a los alrededor de 2.000 habitantes con que cuenta esta localidad del Camp de Túria actualmente.