Han sido 25 días de aventura y dos éxitos. En realidad, tres: subir al techo de África (el Kilimanjaro), al Monte Kenya y volver a reivindicar el derecho a querer a quien quieras. Es lo que han conseguido Jaume Peiró, de la Pobla de Vallbona, y su pareja Álex González, en su último viaje.

Son los Couple Climbers. Escaladores, creadores de contenido en redes sociales y activistas en favor de los derechos del colectivo LGTBIQ. Esto último ha sido difícil de conseguir ya que tanto e ambos países africanos la homosexualidad está penada con 30 años de prisión e incluso, según el grado, con la muerte. "No te queda más remedio que ocultarlo y la sensación no es nada agradable", explica Peiró. No puede haber ningún gesto de cariño ni aprecio a tu pareja porque cualquiera puede señalarles y crear un verdadero problema. La dificultad se agrava porque en un voaje así, con una tensión por el esfuerzo y el riesgo tan elevado, ni siquiera puedes disfrutar de tu pareja. "Por suerte no hemos tenido problemas porque lo hemos evitado todo, hemos fingido que no éramos pareja, cada uno a su bola", confiesa Peiró respecto a los 25 días de aventura.

"No te queda más remedio que ocultarlo y la sensación no es nada agradable"

Couple Climbers Couple CLimbers

Es la cara oculta de este tipo de viajes a lugares tan culturalmente distintos. "Soy cariñoso y me ha pasado factura, lo he pasado mal. No puedes darle un abrazo, no puedo apoyarme para dormir sobre su hombro. En España es algo tonto, pero allí es inviable", señala el escalador. "Hemos podido conocer una cultura totalmente distinta, con sus más y con sus menos, pero sobre todo nos hemos dado cuenta de lo afortunados que somos de poder vivir la vida que deseamos", afirma Peiró, en contraposición a todas aquellas personas residentes en estos países "que son discriminadas y agredidas por quienes quieren ser o amar, personas que no podemos olvidar que están ahí".

Por todo ello, tanto Jaume como Álex tienen claro que deben visibilizar esta situación para concienciar respecto a la discriminación que aún hoy el colectivo LGTBIQ+ sufre en estos países de forma generalizada. Esa tensión generalizada se ha arrastrado durante los 25 días que ha durado la expedición y que, eso sí, han podido llevar a cabo con éxito. La primera de ellas, subir a la cumbre del Uhuru Peak 5.895 msnm, el volcán más alto del macizo del Kilimanjaro, el techo de África, algo que no les fue difícil ya que estuvieron acompañados por un equipo de personas.

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Todo se complicó en el segundo objetivo: escalar el monte Kenia, a 5.199 msnm, por una nueva ruta que estaban dispuestos a abrir como ya hicieron en Perú. Sin embargo, no salió como lo tenían planeado porque las condiciones de la pared y la escasa información que existía sobre las líneas de escalada no les permitieron acometer este reto. "Sabíamos que era la ruta más difícil. Además, tradicionalmente se ha escalado con hielo y nieve pero por el Cambio Climático todo eso ha desaparecido, y se ha perdido la conexión", explica Peiró. De hecho, la zona es ahora una escombrera donde la roca cae y se producen continuos desprendimientos.

"Sabíamos que era la ruta más difícil. Además, tradicionalmente se ha escalado con hielo y nieve pero por el Cambio Climático todo eso ha desaparecido, y se ha perdido la conexión", explica Peiró

Finalmente optaron por escalar la cara sur oeste de la Punta Nelión, a 5.188 metros sobre el nivel del mar, y posteriormente cruzar por palas de hielo y nieve hasta la cumbre principal, Punta Batián, a 5.199 metros.

Este cambio de planes y la nueva planificación de la ruta, en un país donde la escalada no es un deporte muy extendido (en Nairobi hay alrededor de 40 escaladores profesionales), ha complicado el viaje a Jaume y Álex. "Hemos vuelto un poco saturados porque esas situaciones exigen mucho a nivel psicológico", asegura.

Pese a todo, "nos ha servido para aprender y crecer como deportistas, darnos cuenta de que todo cambia y no siempre está en nuestras manos".