Tan solo han pasado seis días desde que se perdiera en Leioa por 4-1 condenando al Olímpic, después de cinco temporadas en la segunda B, a la tercera división. El primer año de la nueva directiva encabezada por Kike Alcázar no ha cumplido con su principal objetivo deportivo: la permanencia. Ahora la directiva debe reprogramar su proyecto, pero, como han asegurado, no abandonarlo. Tras el descenso hubo quien pensó en la dimisión de la junta directiva, que tuvo que emitir un comunicado oficial confirmando su continuidad. El segundo comunicado emitido tras el descenso fue para agradecer el apoyo recibido desde la afición, los colaboradores, patrocinadores y de entidades públicas, entre ellas, el propio ayuntamiento.
El martes, en la Murta, se despidió la plantilla. El club tiene claro que el objetivo deportivo es volver lo antes posible a la categoría perdida. Confirmada la continuidad de Luis Miguel Garrido en la dirección deportiva, el siguiente paso para poner en marcha el primer equipo es contar con un entrenador. El primer candidato es Raúl Garrido, pero el técnico ha pedido un poco de tiempo para dar una respuesta «para mí lo que tiene peso es un proyecto serio, con ilusión, que quiere prosperar, que me permita a mí y a los demás desarrollarnos profesionalmente. Es el caso del Olímpic, porque así me lo han manifestado». Se trataría de entrenar en una categoría inferior, pero aunque «a nadie se le puede escapar que la categoría es importante», no ha dicho que no a entrenar en tercera división. Garrido quiere desconectar durante unas semanas, «agradezco su interés y trato, antes de acabar la temporada ya me expresaron su deseo de que continuara y ahora lo han vuelto a hacer. Necesito un tiempo para respirar porque ha sido un año más duro con lo del Huracán primero y el tener que haber luchado cada semana por la permanencia después. Necesito descansar, un tiempo para reflexionar, y cuando me haya recuperado tomaré decisiones», ha declarado.
Después está la decisión que puedan tomar los jugadores, algunos de ellos ya considerados «de casa». En el caso del setabense Berna Ballester, éste estaría dispuesto a seguir de blanco la próxima temporada, «encantado de ayudar a devolver al equipo donde se merece. Es un paso atrás para todo el mundo. Ahora el club se pondrá mano a la obra para poner en marcha un proyecto que mantenga la ilusión, como la que se vio en los últimos partidos. Esperando que el club nos diga algo, como creo, están todos». El club tiene previsto anunciar pronto la fecha de la asamblea general de socios-abonados.
Campus y escuela de fútbol base
La actividad no cesa en el club porque, por primera vez, este verano va a organizar un campus, del 27 de junio al 7 de julio, aprovechando el campo, hotel y la piscina Murta, y se quiere poner en marcha la propia escuela de fútbol del club para lo que, próximamente, se convocarán las pruebas de admisión. El vicepresidente, Manolo García, ya anunció hace unas semanas la intención de crear un segundo equipo femenino intentando captar así a jugadoras de edades más tempranas y de toda la comarca.