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Un "laberinto" lleno de baches y obstáculos

Fira d'Agost 2017

Un "laberinto" lleno de baches y obstáculos

La redistribución comercial de la Fira d'Agost genera tapones y embudos antes del inicio del evento en los tramos iniciales - Vendedores y visitantes se quejan de las incomodidades

Más allá de la avalancha de opiniones enfrentadas que despierta la nueva estructura comercial de la Fira d'Agost, el fin de semana previo a la inauguración oficial del evento ha permitido al Ayuntamiento de Xàtiva tomar buena nota de los inconvenientes que han soliviantado a muchos vendedores y visitantes. La decisión más polémica ha sido la de trasladar los puestos de venta de las aceras al centro de la calzada, borrando la imagen tradicional de las paradas encaradas a ambos extremos de la carretera -ahora se encuentran de espaldas entre ellas- con un mar de gente cruzando el Real.

Los pronunciados bordillos de las aceras, los alcorques, los semáforos, los árboles, las plataformas de los contenedores soterrados, las papeleras, las terrazas hosteleras y otros elementos que antes quedaban absorbidos por la propia distribución de los puestos convierten ahora el recorrido en una "carrera de obstáculos" que estrechan y dificultan el paso para el peatón junto a las paradas. Esta es la queja más recurrente entre la veintena de testimonios recabados por Levante-EMV, sobre todo en los puestos artesanos y de alimentación ubicados al comienzo de la Fira, mucho más agraviados que el resto con la reorganización.

Durante los primeros días, en esta zona han sido habituales los colapsos, los embudos y los tapones. También se han producido tropezones y caídas. Los comerciantes temen que estos problemas de accesibilidad, que se agravan para las personas con movilidad reducida, vayan a más con las aglomeraciones que se esperan hoy, el día de mayor afluencia. Entre el Pasaje del Lleó y las Delicias, donde algunas paradas ejercen de barrera, la ruptura de la disposición ha generado una sensación de desorden y desalineación en el trayecto. La gestión de las emergencias representa otro problema añadido.

Desde el ayuntamiento defienden que el espacio para la circular por las aceras es mucho mayor y subrayan que el nuevo modelo evita masificaciones y da más vida a los comercios y cafeterías porque los puestos de venta están encarados a los locales.

Entre los vendedores, sin embargo, la percepción es otra. "Se ha perdido el encanto del paseo de la Fira: parece que estemos castigados de cara a la pared. Como la zona de paso por la calzada es muy estrecha, los clientes van por la acera y pasan lejos de la parada. Antes podías ir de un lado a otro de la calle, pero ahora tienes que dar un rodeo muy grande para ver todos los puestos", opina Caridad Fernández, que gestiona un herbolario.

Pagamos más por menos espacio

"Nos han movido a todos de sitio, nos han subido la tasa y nos han reducido el espacio", resume su malestar Ángeles, otra vendedora, a pocos metros de distancia. "Se han formado tapones importantes antes de empezar la Fira. No sé lo que pasará hoy", advierte. "La gente ve esto como un laberinto lleno de baches y obstáculos y se queja mucho. están descolocados porque nos han cambiado de sitio", señala Ángel Huertas, que vende sartenes y otras herramientas de cocina en una parada que lleva montando 41 años. "Tendrían que haber pedido opinión a los feriantes. No han preguntado a quienes estamos toda la vida en la calle", apostilla.

Manuel Saánchez asegura notar ya una caída de las ventas del 20% en su tradicional puesto de aceitunas y productos típicos, en uno de los puntos donde se ha quedado un pasillo más estrecho. El cambio es mucho más incómodo para el cliente: nos va perjudicar bastante", incide. Marisa Pizcazo, propietaria de oros herbolario, también dice haber saldo perdiendo con el traslado frente a Calzados Belinda. "Apenas tenemos espacio y cuesta mucho más vender", se queja.

Más conciliador se muestra el histórico vendedor Daniel Dacosta, EL Hombre del Bigote. "La idea de la restructuración es buena y hacía falta, pero creo que hay que afinar pequeños fallos de cara al año que viene". Dacosta, con 35 años de Fira d'Agost a sus espaldas, pide prudencia hasta que termine esta edición, aunque observa "bastantes tapones de gente", sobre todo en los puntos de venta de olivas y sartenes. Lo que tanto este como la mayoría de vendedores tradicionales acogen con mejores ojos es la sectorización del evento y el traslado de los puestos de mercadillo ambulante a la Fuente de los 25 Chorros, otra decisión que despierta adhesiones a favor y en contra. El consistorio se muestra abierto a reformular algunas cuestiones de la redistribución y ya valora, por ejemplo, la posibilidad de arrinconar a un lado de la calzada las casetas de la Albereda.

Sin luces decorativas ni aspersores, pero con más alumbrado

La supresión del alumbrado decorativo que daba color al recorrido de la Fira d'Agost ha llamado la atención de los visitantes y feriantes este año. En su lugar, el consistorio ha instalado focos de mayor potencia para mejorar la iluminación del recinto.

Por otro lado, los barracones permitidos en el tramo de la Albereda frente a Correos y la Glorieta generan un pasillo que distorsiona la imagen del conjunto, al dar la espalda a la zona de jaimas.

En el tramo de la Avenida Selgas ocupado por los puestos de juguetes, textil y hostelería, los vendedores valoran de forma más positiva los cambios. La zona presenta más amplitud y está más despejada, después de que la venta ambulante se haya desplazado a la fuente de los 25 Chorros.

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