La dirección general de Patrimonio de la Conselleria de Cultura ha obligado a una promotora a conservar las fachadas de tres casas de la calle Porta de Sant Jordi, esquina con la calle Pintor Jacomart. La resolución es un mazazo para las aspiraciones del promotor, que había basado su futuro bloque de viviendas en la demolición de estas casas: dos de ellas, apuntaladas y casi en ruinas desde que se agrietaron hace diez años. De hecho, en la fachada de una de las casas permanece una pancarta publicitaria que muestra cómo será el futuro edificio, de estilo moderno tanto en su parte recayente a Jacomart como en la que recaería en la subida.
La comisión mixta de Patrimonio del pasado 14 de enero emitió un informe desfavorable sobre el proyecto previsto (nueve viviendas, un local y una garaje). Y con posterioridad a esa fecha se han producido varias reuniones encaminadas, por parte de la empresa, a suavizar esas exigencias. Y por parte de Patrimonio, a insistir en que se ha de conservar la fisonomía exterior. Consultada por este diario, la edil de Patrimonio y segunda teniente de alcalde, Cristina Sunyer, asegura que la pretensión de la conselleria «es perfectamente asumible para la empresa; por eso les hemos sugerido que se sienten con sus arquitectos y que traten con la conselleria esta propuesta ya que sólo se trata de respetar las fachadas. Es decir, que por dentro no hay que salvar nada y los interiores de esas viviendas serán totalmente nuevos y modernos», explica.
Sólo hay que observar la imagen de la promoción inmobiliaria prevista (de la firma Inmovida, sobre un proyecto de los arquitectos Lahoz y Sahuquillo) para ver que el edificio previsto estaría perfectamente alineado y en consonancia con los edificios nuevos construidos en Pintor Jacomart en los años 90. Pero en su linde con las casas de la subida de sant Jordi, el choque estético es enorme en cuanto a altura y tipología. De ahí que la idea de Patrimonio sea suavizar ese impacto, y que sólo la parte recayente a Jacomart sea moderna. Y que lo que se pierda en altura por salvar las fachadas de Porta de Sant Jordi se compense interiormente, con una elevación de la volumetría en el centro del bloque de manera gradual y que impacte visualmente menos.
Sunyer admite que la solución propuesta «no es fácil», pero añade que «con un poco de gusto y ganas, se puede hacer». Y por ello emplaza a la promotora a que integre esas fachadas en su proyecto, ya que por dentro no hay elementos de valor y las casas las podrá vaciar por completo. La edil apoya las pretensiones de la conselleria y se alinea con sus tesis, aunque confiesa que el PGOU de Xàtiva era más permisivo con esta obra «y que la conselleria ha sido más restrictiva. No son palacios del XVIII, vale, pero sí casas muy características de Xàtiva y está bien que se salve esa fisonomía», resume.