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Operación

En venta una casa señorial de Xàtiva del siglo XVIII por casi medio millón de euros

Una inmobiliaria ofrece este inmueble de la calle Roca que necesita reforma

En venta una casa señorial de Xàtiva del siglo XVIII por casi medio millón de euros

La venta de casas en el casco antiguo de Xàtiva no cesa. Una inmobiliaria ha puesto en el mercado la de Luis Cerdà, un palacio del XVIII que necesita una profunda rehabilitación. Su precio se acerca al medio millón de euros: 450.000 euros. Paga de IBI 2.000 euros al año. Supera los 1.600 m2, posee un amplio espacio central abierto y da a tres calles: la fachada principal, a la calle Roca. Y las dos laterales, a Santo Tomás y Grau. Al lado, cuando la calle Roca se ensancha y se convierte en plaza, tiene su sede de para la Costera el Colegio de Arquitectos de la Comunitat Valenciana, tras la imponente restauración culminada en 2008 de un inmueble de principios del siglo XX.

Si bien la cantidad de casas antiguas en venta es notoria, como lo demuestra que en esa misa calle hay otro inmueble histórico en venta, también resulta evidente que las operaciones tardan mucho en cerrarse. Y algunas de las casas están en el catálogo de las inmobiliarias varios años incluso. Ocasionalmente se cierran algunas compras. Como en 2018, cuando el joven abogado Rodrigo Sánchez, de 25 años, compró la casa llamada de los Llaudes o de los Ferriol, en Corretgeria. La está rehabilitando lenta pero tenazmente, con sus propios medios y un especial mimo hacia los valores patrimoniales de la vivienda, también del XVIII. Otra compra reciente, avanzada por este diario en julio, fue la de la Casa Fabra. Cerrada desde hace algunos años tras una breve etapa como restaurante, este inmueble a los pies del campanario de la Seu ha costado 200.000 euros. También necesita una gran reforma y lo han adquirido dos ingleses enamorados de Xàtiva: Ann y Robert Lintonbon, que van a jubilarse y se instalarán en ella cuando concluya la recuperación de la misma, con elementos del XVI pero con una gran reforma que data del siglo XIX.

La inmobiliaria internacional con sedes en España, Estados Unidos y Gran Bretaña que gestiona la operación destaca la casa de Luis Cerdà como «una oportunidad única de inversión para comprar un histórico palacio en el casco antiguo de la ciudad», y detalla su distribución y sus posibilidades: tres plantas, patio, diez habitaciones.... Aunque es evidente que las transformaciones de su interior y el prolongado desuso han deteriorado notablemente la casa, que necesitaría una reforma costosísima y cuidadosa con los elementos protegidos: entre ellos, el escudo de los Cerdà, que preside el acceso al histórico inmueble.

Según el experto Pablo Camarasa, autor de Arquitectura civil en Xàtiva. Siglos XIII al XIX, «es una de las pocas casas clasificadas como señoriales de la ciudad». La propiedad y la antigüedad son fáciles de confirmar: esculpido sobre los sillares del dintel, según explica Camarasa, y con letras a ambos lados del escudo de su linaje, se detalla la edificación y la fecha exacta: el año 1742. Es, por tanto, una construcción posterior a la quema de Xàtiva de 1707. Y ocupa el espacio de la desaparecida en ese mismo solar, la casa de la familia Roca.

Según Camarasa, «Luis Cerdà i Rotllà era un poderoso señor, regidor del ayuntamiento y creditor censalista, que acumuló una gran fortuna y da nombre a la propiedad. Contaba con otras repartidas por Xàtiva como una en el Portal dels Banys, otras dos en la calle Sant Agustí y una cuarta en el arrabal de Sant Joan», señala el experto citando al erudito Isaïes Blesa, autor de Un municipio para una nueva monarquía. Oligarquía y poder local. Xàtiva, 1707-1808.

Según Camarasa, perteneció a los Cerdà durante el resto siglo XVIII y parte del XIX. Desde 1837 estuvo habitada por José Santandreu primero, y luego por Vicente Tudela. A principios del XX su dueño era José Terol Jordán, que instaló una pequeña fábrica de muñecas en la planta baja de la casa. En los años cuarenta la actividad en ese mismo espacio era la de una modista, y posteriormente la de una manufactura papelera.

En la estructura de la casa se hallan algunos restos descontextualizados de otras construcciones incorporados a su estructura, como una columna románica. «La entrada, a través de una puerta adintelada, da paso a un vestíbulo que precede al patio, al que rodean los cuatro cuerpos que componen el inmueble y que permite la ventilación y la entrada de luz natural», explica Pablo Camarasa, que también destaca la escalera interior, de azulejos y hierro forjado.

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