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Interior de las instalaciones que la firma de la planta de Llutxent gestiona en Villena. | LEVANTE-EMV

Una planta tratará 40.000 tn de productos desechados de supermercados en Llutxent

El complejo ubicado en la partida del Castell Vell amplía un 50 % su capacidad y transformará los desperdicios en biogás y en fertilizantes

La planta de producción de fertilizantes y compostaje que la empresa Reciclados y Tratamientos del Mediterraneo, SL (Recitramed) gestiona desde 2003 en la partida del Castell Vell de Llutxent ha obtenido la autorización ambiental de la Generalitat para ampliar un 50 % su capacidad de tratamiento. La principal modificación promovida por la compañía consiste en la construcción de un digestor que le permitirá transformar residuos orgánicos en biogás. Con los cambios propuestos, la mercantil espera que por sus instalaciones puedan pasar cada año 40.000 toneladas de productos caducados o no vendidos procedentes de supermercados con el objetivo de darles una nueva vida útil. Una cifra que ofrece una idea de la cantidad de desperdicios que se generan en el sector alimentario.

Este tipo de residuos se convertirán en los más abundantes en la planta tras la ampliación, pero no serán los únicos: el complejo también tratará 10.000 toneladas al año de salmueras, 20.000 toneladas de lixiviados y 21.500 toneladas de residuos de madera y restos de poda. En total, la capacidad de las instalaciones alcanzaría las 92.400 toneladas al año, cuando hasta ahora únicamente podía recibir un máximo de 60.000 tn (divididas en 24.000 toneladas de lodos orgánicos y 36.000 tn de residuos vegetales y madera).

Mediante la valorización de los productos que lleguen a la planta, la promotora planea producir 14.244 toneladas al año de fertilizante orgánico, 42.522 toneladas de aguas limpias de vertido para riego, 8.470 toneladas de fertilizante líquido, 3,29 toneladas de producto altamente concentrado y 1,5 toneladas al año de residuos que se derivarán a gestores autorizados para su reciclaje.

La declaración de impacto ambiental (DIA) concedida por la Conselleria de Agricultura y Desarrollo Rural para el complejo de Llutxent da luz verde a Recitramed para implementar tres nuevas líneas de tratamiento: una se encargará de las salmueras procedentes de la industria de la alimentación, otra asumirá los lixiviados, otra se dedicará al compostaje y una última se hará cargo de la biodigestión de productos procedentes de empresas alimentarias. Los residuos orgánicos se transformarán en 3.503 toneladas anuales de biogás, que a su vez será combustionado en una caldera con el objetivo de proveer de energía térmica a un evaporador clave en el funcionamiento del complejo. Otras 21.500 toneladas se destinarán cada año al compostaje de residuos orgánicos no fácilmente biodegradables, junto a restos de poda y residuos de madera triturados.

En 2020, la Generalitat declaró de interés comunitario la ampliación del aprovechamiento urbanístico atribuido a la planta de Recitramed en Llutxent, que ocupa en parte unos terrenos catalogados como de protección forestal. Esta circunstancia implica una serie de limitaciones a las que ha de adaptarse la empresa, que también deberá adoptar las medidas preventivas y correctoras oportunas para mitigar otros impactos advertidos en el estudio ambiental relativos a la generación de ruidos por el tránsito de camiones, al polvo, los olores y al riesgo de contaminación del agua subterránea como consecuencia de la actividad.

Casi 5.000 m2 de ampliación

La superficie ocupada por el complejo, que se ubica a 8 kilómetros del núcleo urbano de Llutxent, se incrementará en casi 5.000 metros cuadrados, hasta los 11.591 m2. El proyecto de crecimiento también plantea la instalación de una marquesina de 4.000 m2 para la realización del compostaje y la eliminación de un edificio de oficinas.

La firma debe tomar medidas para reducir el ruido

El estudio de impacto ambiental relativo a la ampliación de la planta de Llutxent prevé un incremento del nivel de ruidos en la partida del Castell Vell como consecuencia del tránsito de camiones. Una auditoría acústica sobre la actividad detectó que actualmente el complejo ya excede los límites fijados en la ley de protección contra la contaminación acústica, lo que obliga a la empresa promotora a establecer medidas correctoras para reducir el volumen sonoro de las instalaciones. En cualquier caso, se estima que el ruido percibido desde Llutxent no será apreciable para la población.

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