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Panorámica de Ontinyent, en la que destacan las fachadas del barrio de la Vila. m robledillo | MIGUEL ROBLEDILLO

Las huellas que perduran de la Ontinyent andalusí

Un estudio del investigador local Miguel Robledillo analiza la permanencia de elementos de la época anterior a la ocupación cristiana

Intrincadas calles en forma de «atzucac» sin salida aparente presentes en el barrio de la Vila. Acequias o campos de cultivo que retratan un pasado bastante lejano. Fortificaciones renovadas en diferentes épocas, pero que no pierden su esencia primigenia. Fachadas de casas de toda la vida, con influencias pretéritas. Las huellas de la Ontinyent andalusí aún perduran y el investigador local Miguel Robledillo ha decidido analizarlas en la tesis doctoral que está preparando en la actualidad. Parte de su trabajo se presentará el próximo viernes 14 de abril en el Monasterio de la Valldigna, en una jornada enmarcada en un curso de especialización en historia medieval.

Salida de un tramo de la «séquia vella».

Robledillo atendió ayer a Levante-EMV y explicó que comenzó el proceso de documentación y el trabajo de campo el año pasado: «Mi tesis está dirigida por Enric Guinot (UV) y Guillermo García-Contreras, de la Universidad de Granada. Lo que pretendo es esclarecer mediante la utilización de fuentes arqueológicas y documentales el momento de constitución de un sistema agrario andalusí en la Vall d’Albaida y su desarrollo a través de un periodo de la historia de a Al-Ándalus».

Las huellas que perduran de la Ontinyent andalusí

El experto también quiere estudiar las posibles transformaciones ocurridas a raíz de la conquista y la colonización feudal del siglo XIII: «El objetivo principal es responder a una pregunta muy concreta: ¿Es el paisaje agrario un resorte para identificar posibles diferencias jurídicas, sociales o económicas de la época medieval?», comentó.

Robledillo afirmó que «la Ontinyent andalusí (Untinyân)» sería el precedente de la población actual, localizándose una fortificación (hisn) en el barrio de la Vila: «Habría sido levantada en el punto más alto, aprovechando el resguardo de los barrancos del río Clariano y Sant Jaume en cada límite».

Así, el investigador expone que las excavaciones realizadas en el barrio de la Vila permiten suponer que el levantamiento de la Ontinyent andalusí tuvo lugar en el siglo XI: «Seguramente por designios del estado taifa de València, que pretendía controlar el límite sur de su territorio de influencia mediante la construcción de centros militares y administrativos».

Aventura que la fortaleza creció durante los dos siglos siguientes, bajo la influencia de los ostentadores del poder, los almorávides primero y los almohades, finalmente. «Con este desarrollo empezamos a ver viviendas intramuros, para gente que trabajaría los campos y los talleres, creándose así un tipo de centro manufacturero y vertebrador del comercio de la zona. Incluso, en este momento de la segunda mitad del siglo XII y primera del XIII, Ontinyent será el centro una división administrativa del territorio, un ‘amal’, bajo el gobierno de Xàtiva (Medina Sateba). El territorio que era controlado desde Ontinyent llegaba desde los Alforins hasta el actual término de Agullent».

Por último, lamenta que «el boom de las casetas desde la segunda mitad del siglo XX ha destruido una gran parte de los espacios agrarios históricos y sus resortes materiales, desde la red hidráulica hasta los restos arqueológicos, sean estructuras de vivienda o producción».

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