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Música

Julio Iglesias cautiva a los venezolanos en San Valentín

Un enérgico Iglesias, vestido con traje negro, corbata y camisa blanca, se deshizo en halagos con el público venezolano, que acudió a la gala y pagó entre 1.350 y 2.500 bolívares fuertes (entre 630 y 1.200 dólares) la entrada para aplaudir al artista.

El cantante español agradeció a los venezolanos su apoyo desde el inicio de su carrera musical y destacó que le dejaron "crecer de tal manera" que se convirtió, según aseguró, "en el artista latino más grande de toda la puñetera Historia".

"Hace 37 años, cuando llegué a su país, ustedes apostaron por mí de verdad", afirmó Iglesias ante el público, antes de añadir que "apostaron por el ganador".

El cantante estuvo acompañado en el espectáculo por tres coristas, con las que bailó, una pareja de bailarines argentinos y cinco músicos -teclados, bajo, guitarra, batería y saxo-.

"Todo mi cuerpo funciona mejor en el escenario que fuera de él", dijo Iglesias, quien desgranó algunos de sus temas más conocidos durante una hora y 40 minutos e incluyó en su repertorio canciones en inglés y en italiano.

"Las lenguas tienen las fronteras que ustedes les quieran poner", remarcó, además de destacar que "ni el alma ni la raza tienen nunca fronteras" antes de cantar "Manuela", en castellano e italiano.

El cantante español ofreció una recopilación con algunos de sus éxitos más conocidos como "De niña a mujer", "¿Dónde estarás?", "La cumparsita", "La carretera", "Crazy", "Sabor a mí", o "Abrázame", a la que siguió la famosa "u00A1Hey!", uno de los temas más aplaudidos por los asistentes, que acudieron vestidos de gala a la cita.

También "Échame a mí la culpa" fue aplaudida y coreada por un público compuesto en su mayoría por parejas de todas las edades que no dejaron de hacer fotografías del cantante, tanto con cámaras digitales como con los propios teléfonos móviles, para llevarse un recuerdo del concierto, que forma parte de la gira "Live".

Julio Iglesias interpretó "Soy un truhán, soy un señor", y aprovechó varios estribillos para cambiar "señor" por "español", al tiempo que lanzaba un guante al público femenino al cambiar la letra de la canción y dedicarla a "las venezolanas", lo que las aludidas agradecieron con una sonora ovación.

Haciendo gala de su reputación de galán seductor, el cantante latino incitó a las parejas a que, una vez finalizado el concierto, fueran a casa "a hacer el amor no tumbados, sino en vertical" con su éxito "A media luz" como música de fondo.

Con la conocida "Me va, me va", la mayor parte del público rompió a dar palmas mientras una gran mayoría se levantó de sus asientos para acompañar al intérprete, al igual que con la canción "Can't help falling in love".

De esta manera y con un "hasta siempre", Iglesias se despidió de Venezuela al concluir su único concierto en este país, dentro de una gira que comenzó en Estados Unidos, continuó en España, Sudáfrica y Colombia, y seguirá en Argentina, Uruguay, Brasil y Rusia.

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