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Luis Mateo Díez

"El intelectual ha sido reemplazado por el comentarista de la realidad"

"El intelectual ha sido reemplazado por el comentarista de la realidad"f. bustamante

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¿Hay que rehabilitar a Baroja?

De nuestros grandes escritores, es de los que tiene más capacidad de supervivencia. Fue un moderno en su época y hay que seguir reivindicándolo, porque es revelador de la manera de ser de este país.

¿Cuál es su relación con la literatura del 98: la admira o le cansa por exceso de pensamiento?

Me interesa mucho el maridaje de pensamiento y literatura, pero siempre desde la perspectiva de que la ficción es ante todo narración e invención. Para mí, los grandes creadores del 98 son Baroja y Valle Inclán.

Critica la tendencia de las ciudades históricas a convertirse en escenario del desperdicio. ¿Vale para Valencia también?

Es un drama terrible. Las grandes ciudades históricas, y Valencia es una de ellas, tienen la aureola de la antigüedad y de un pasado de belleza, pero se degradaron y de ser antiguas pasaron a ser viejas. Valencia ha corrido ese destino entre la desidia y el abandono. El franquismo fue demoledor y en algún momento de esa etapa derivó en una ciudad no sólo vieja, sino también pendeja, muy degradada. Pero tras la ruina solo queda la resurrección.

Sus personajes son frágiles y extraviados. ¿Así ve el mundo?

Son héroes del fracaso y eso pertenece a la condición humana, porque estamos más cerca del fracaso que del éxito. A veces en el mundo de los triunfadores está lo peor del ser humano.Mi acercamiento a estos personajes es legendario, intento darles una épica de la supervivencia, porque en esa capacidad de sobrevivir está lo más honroso del corazón humano.

¿Hay demasiada frivolidad en la literatura actual?

Siempre ha habido el contraste entre la literatura que tiene un reto y la que es capaz de degradar el propio sentido de la ficción por el fatuo entretenimiento. El escritor tiene derecho a escribir lo que le dé la gana, pero los mercaderes auspician demasiado una literatura degradada que solo va a entretener. Una novela no debe aburrir, pero los placeres de la vida siempre son costosos.

Con la perspectiva del tiempo, ¿qué vínculo guarda con la multiestudiada, premiada y traducida "La fuente de la edad"?

Y vendida más de lo debido. Para mí, está en el olvido personal. Hay agradecimiento, pero es como una novela anónima, pertenece a los lectores. Es la que se ha desprendido más de mí.

La indignación de las calles tiene poco reflejo en la literatura. ¿Son los escritores unos acomodados?

No. Se ha degradado la herencia del intelectual, reemplazado por el comentarista de la realidad. Frente a eso, creo que uno tiene derecho a reivindicar su condición de novelista. Mi visión del mundo está en las fábulas y en ellas se filtra mi compromiso.

¿No será por no mojarse?

No. Los escritores que emiten razones de su compromiso son los que están en los medios de comunicación. A mí, lo que me gusta en los periódicos es ver reportajes, entrevistasÉ Me gusta mucho más eso que el comentario del ideólogo y de mis colegas escritores.

¿El funcionariado es la profesión ideal para escribir?

A mí me ha ido bien, porque me sacó de casa y me puso muy en contacto con la realidad, esa de la que no emito juicios complejos.

Y con tantos recortes y entidades cerradas, ¿es necesaria la Real Academia Española (RAE)?

Es una institución privada, creada hace 300 años por unos señores que solo por el Diccionario de Autoridades ya merecía la pena su idea. El español está en un momento altísimo y las lenguas necesitan no un policía, pero sí un cuidador. Por eso me parece importante la RAE y porque ha ejercido un liderazgo en la conciencia común del español en las muchas orillas donde llega.

¿Es de los pesimistas cuando oye a los jóvenes hablar?

Soy poco pesimista. Vivimos una desaforada revolución tecnológica, pero de ella me preocupa más lo difícil que es vivir el presente, atenazado por el futuro. El problema está en los sistemas educativos, no en el uso de aparatos. Este país es bastante desgraciado en esto, porque hemos visto todas las posibilidades y ninguna ha cuajado, por lo que hay que volver a plantear algo nuevo después de tantos fracasos.

"Callando también se escribe". Un consejo paradójico viniendo de un escritorÉ

Nos lo decía mi padre a mi hermano y a mí, que teníamos excesiva facundia. He intentado seguirlo, aunque a veces las vitalidades se desbordan. La soledad es un refugio fundamental para el creador. No aconsejo hacerse monje benedictino, pero el silencio es creativo.

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