"Ahora tengo que intentar provocar el milagro que es vivir de la música"

«Es un disco muy honesto y a la vez muy relajante. Te hace sentir bien, te hace parar y te evade. Es nostálgico, sincero, pasional, mágico... En él hay un tema dedicado a mi sobrina y la promesa de construir un mundo mejor. Hay canciones sobre la ruptura, la añoranza, pero también sobre el amor. Las composiciones hablan de mi vida y todas las etapas por las que he pasado. Para mí, Ingravidez supone estar en un lugar físicamente y, mentalmente, en otro», define la cantante.

Tras veinte años en el mundo de la música, en los que ha formado parte de diversas bandas, Ester se lanza en solitario, aunque aún conserva a algunos miembros de en su actual formación. «Vicente, que es el batería, sigue conmigo. A Bea, la guitarrista, también se lo ofrecí. Llevábamos juntos 18 años, hacíamos un concierto al año: había padres, gente con oposiciones? Todos tenían su vida, pero la mía es la música. Al final decidimos, por mutuo acuerdo, que esto debía acabar», explica. El disco ha sido producido por Juan Luis Giménez. «Ha sido un lujazo trabajar con él. Es un número uno, pero yo no quería sonar a Presuntos y miraba todo con lupa, fijándome en cada detalle. Tengo las ideas muy claras, sabía muy bien lo que quería y se portó como un santo conmigo. Le agradezco su paciencia. Si hubiera un segundo disco, me encantaría volver a contar con él», asegura. Y añade: «He contado con magníficos músicos en este disco. Y tener a Manuel Tomás haciendo las mezclas, cuando ha ganado un Grammy, me hace muchísima ilusión».

Poder grabar este disco llegó «de sorpresa». «Creé un perfil de Facebook para conocer a otros músicos. Tenía muchísimas canciones y pensaba que podrían cantarlas otros artistas. A través de esa cuenta vi a Vicente Mañó conectado, realmente no sabía quién era, aunque me sonaba su apellido. Abrí su ventana y le dije que era la mejor compositora de España. Él empezó a reírse y me pidió que le mandara temas y, como le gustaron, quedamos. Si hubiera sabido quién era no me habría atrevido a ser tan espontánea, pero mi objetivo era llamar la atención. Y lo conseguí. Le propuse componer para otros artistas pero él me dijo que mi voz transmitía, que me atreviera. Por eso lo hice», cuenta.

El 5 de diciembre actuará en la sala Matisse. «Espero que salga todo fenomenal, tengo mucha ilusión. Es una sala con una acústica buenísima y estoy muy contenta de que nos hayan dejado el local. Para mí es increíble porque vengo de vender las entradas de mis actuaciones en la puerta del local y que vengan amigos al concierto. Es una diferencia enorme», afirma. Su objetivo es darse a conocer al público y poder dedicarse profesionalmente a la música. «Defender un trabajo del que estás orgullosa es muy fácil. Ahora tengo que darme a conocer. Para mí, llegar hasta aquí es un paso y más con la que está cayendo. Ahora tengo que intentar provocar el milagro que es vivir de la música», concluye.