Dieciocho meses después de la muerte del escultor Andreu Alfaro, cuyos restos mortales fueron despedidos desde su estudio de Godella, la memoria del escultor se reactiva gracias a la apertura de su taller como un museo abierto al público en el que de forma permanente poder mostrar parte de su obra. Así lo han querido los herederos del artista que ayer abrían las puertas del amplio estudio reconvertido ahora en un espacio museístico y de reconocimiento a su legado artístico.

La Colección Andreu Alfaro reúne piezas de todas las épocas y materiales. La singularidad de esta selección es que ha sido escogida expresamente por los amigos personales de Andreu Alfaro lo que permite una lectura marcada por la proximidad con el artista y no desde una perspectiva teórica o estética. En total, la selección reúne algo más de cuarenta piezas escultóricas de todos los tamaños así como 22 dibujos

En la elección de las mismas han participado, entre otros, el artista Eduardo Arroyo, el historiador Daniel Giralt-Miracle, el pintor Artur Heras, el cantante Raimon, quien ayer afirmaba que la obra de Alfaro debería estar en el IVAM, el ex director de la Tate Modern Vicent Todolí, el ensayista José F. Yvars o el escritor Manuel Vicent.

La idea de los herederos, quienes aseguraban ayer no esperar nada de la Administración, aunque tampoco lo han pedido, es que esta colección pueda viajar y sea expuesta de forma temporal en otros centros artísticos, tanto nacionales como internacionales, a fin de mantener viva su extensa producción.

La idea es que el taller de Alfaro albergue también otro tipo de exposiciones temáticas. El patio de su taller también exhibe algunas de sus esculturas monumentales.