Desde que interpretara los papeles wagnerianos de Kundry (Parsifal) o Isolda (Tristán e Isolda) en las décadas de los 80 y 90, la mezzosoprano alemana no ha parado de ser ovacionada en gran parte de los auditorios europeos. De hecho, es considerada una de las cantantes wagnerianas más importantes del mundo. En Bayreuth (Alemania) la adoran, y también en el Palau, donde es una figura muy conocida. De hecho, ha cantado en el auditorio valenciano en once ocasiones. Y hoy lo hará de nuevo con un repertorio muy especial, coronado con la Sinfonía nº 3 de Gustav Mahler, que será interpretada en memoria de Alfredo Brotons, crítico de Levante-EMV, fallecido el pasado mes de julio. La mezzosoprano cantará esta pieza junto a la Orquesta de Valencia, el Coro de Mujeres del Orfeó Valencià y el Cor Valencià Infantil, bajo la dirección de Yaron Traub.
Muchos años cantando en el Palau.
Vengo muy a menudo, y con mucho gusto además. He cantado gran parte de mi repertorio aquí, a raíz de mi vínculo con Yaron Traub. Él no solo es un buen amigo, sino que es un excelente director de orquesta.
Algo tendrá este auditorio...
Sí. De hecho, lo que más me gusta del Palau es que me da la oportunidad de cantar un repertorio muy amplio. Desde óperas -piezas wagnerianas como Tristán e Isolda- hasta conciertos, como la Tercera Sinfonía de Mahler en esta ocasión.
Usted es una de las intérpretes que mejor conoce al público del Palau dada su trayectoria en el auditorio. ¿Cómo es?
El público del Palau de la Música se caracteriza por ser muy abierto e interesado por la música que se interpreta en cada concierto. Siempre tengo muy buena recepción aquí, y noto la calidez del público en cada ocasión.
¿Qué demanda la Tercera de Mahler a una cantante?
Esta pieza es muy exigente, y no vocalmente, sino a nivel interpretativo. La dificultad radica en controlar el tempo y los nervios. La pieza transmite mucha paz y calma, pero a la vez tengo que mantener mi intuición musical muy despierta para poder pasar de unos movimientos orquestales y vocálicos muy expresivos a otros muy tranquilos. La pieza intenta atraer a la audiencia hacia un punto existencialista.
Algo verdaderamente difícil de transmitir...
Sí. Mahler intenta reflexionar acerca de una cuestión: ¿Qué es lo que nos está diciendo el ser humano? El texto acaba diciéndonos que cada deseo acaba en la eternidad. Mahler se caracterizó por su humanidad y por su cavilación sobre el concepto de eternidad. El compositor incluyó poemas de Nietzsche extraídos del Zaratustra.
El concierto va In memoriam de Alfredo Brotons. ¿Le conoció?
Por supuesto. Era muy estricto pero era alguien que amaba la música desde lo más profundo de su corazón. Es por ello que cuando no le gustaba algún recital o concierto se sentía muy triste. No era como otros críticos que están por encima de eso y no les afecta. Sino que él, se sentía decepcionado y triste porque quería que le gustara el concierto. En cambio, cuando salía bien, Brotons estaba visiblemente contento. Y eso lo percibíamos todos. Sus emociones y sentimientos estaban en cada una de sus críticas.
¿Qué papel tiene un crítico en la carrera de un artista de música clásica?
Puede tener mucha importancia o poca. Cuando es un buen crítico, es decir, que escribe críticas útiles y constructivas para el cantante o el músico, puede ser una figura muy provechosa para nuestra carrera. Pero si es alguien que solo escribe basándose en su propia visión personal y sin muchos conocimientos de la pieza, no es útil para nada. Cuando un crítico escribe debe tener el suficiente conocimiento sobre la obra que va a ser interpretada, y además, escuchar con el corazón.