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Quique González: "No creo en el arrepentimiento"

Entrevista

Quique González: "No creo en el arrepentimiento"

«Utilizo las canciones como herramientas de comunicación es su forma más primitiva, es por ello que me identifico con la figura del ´bluesman´»

Su falta de vanidad y un cierto halo de timidez hacen que cualquier mortal baje la guardia ante un músico que, pese a haber estado más de 20 años sobre los escenarios, no siente que tenga que enseñar nada a nadie. Quique González (Madrid, 1973) es uno de los cantautores de sala más exitosos en España. A falta de cuatro conciertos para acabar la gira de Me mata si me necesitas, su último disco, dice que para, que se vuelve a su casa de la comarca del Pas-Miera (Cantabria), donde le espera una lista de planes que quiere cumplir antes de trabajar sobre su próximo disco. Sabe que se encuentra en un punto de inflexión en su carrera, pero no piensa marcharse.

P El concierto del próximo 22 de septiembre será uno de los últimos de una gira que ha durado dos años. ¿Le va a costar volver a casa o tiene ganas de desconectar?

R Siento un gran vacío en el estómago. Supongo que es normal cuando sabes que una etapa importante de tu vida se acaba. Aunque después de más de 70 conciertos, la guitarra pesa un poco. Este viaje nos ha dado, tanto a mí como a Los Detectives, momentos muy especiales. Es un sentimiento de pérdida y al mismo tiempo de alegría, ya que he conseguido llegar a buen puerto y hacer una buena gira.

P ¿Va a ser un cambio brusco?

R Sí. Agradeces la tranquilidad y la reclusión al principio, pero cuando pasan unos meses empiezas a sentir que necesitas movimiento. He estado cinco años sin parar, ya que he enganchando disco y gira durante mucho tiempo. Por el momento, espero descansar y viajar; viajar mucho.

P ¿En ese tiempo tratará de pensar en un futuro disco?

R Una vez que empiezas a pensar en un nuevo trabajo ya no puedes parar hasta que lo tienes en tus manos. Esta vez quiero dedicar el tiempo que las propias canciones me pidan. No tengo prisa.

P ¿Eso supone un parón indefinido?

R Sí. Llevo 20 años con la misma inercia. Me apetece hacer un paréntesis, y dejar que la gente descanse de uno.

P Podrá hacer todo aquello que siempre pospuso.

R Claro. Me apetece escribir, comprarme una autocaravana y estar viajando por ahí un tiempo... También me apetece hacer algo que no tenga nada que ver con la música. Me gusta mucho el campo del trabajo social, en concreto, el que tiene que ver con los Centros de Protección de Menores. Las historias de esos jóvenes me impresionan mucho, ya que se encuentran en condiciones dramáticas. Sus vidas te hacen pensar en los fallos del sistema judicial.

P Da la impresión de que se enfrenta a un punto de inflexión en su carrera. ¿Se arrepiente de algo?

R No creo en el arrepentimiento. Y menos en lo que se refiere al ámbito profesional. Las cosas que me echo en cara están relacionadas con mi crecimiento personal o con mi relación con la gente. Por ejemplo, me arrepiento de no haber estudiado más piano, de no leer más, de hacer más ejercicio... En definitiva, de no resolver mis propias inseguridades. También me arrepiento de no haber cerrado la boca en algún momento. Pero no creo en él porque si eres consciente de tu error, eso, ya de por sí, te tiene que ayudar a mejorar. Y en eso estamos.

P ¿Compone canciones mientras gira o necesita la tranquilidad de las montañas cántabras?

R Una vez que empiezas a escribir una canción, hay una parte de ti que no para de pensar en ella. Ya sea para cerrar un verso o para acabar una música. Y da igual el sitio en el que estés. He escrito mucho en casa, en bares y durante la gira.

P ¿Los festivales no quieren a Quique González o es más bien al revés?

R Antes te hubiera dicho que al revés, pero nunca antes habíamos tocado en tantos festivales como en esta gira. Hemos estado en el Mad Cool de Madrid, en el Mundaka Festival de Bizkaia, en el Sonora de Cáceres... Se ha abierto un poco el formato de festival. Cada vez hay más certámenes de música que van dirigidos a bandas y músicos de sala. La música que hago suena mejor en sala, pero también me gusta tocar al aire libre y conocer qué es lo que hacen otras bandas.

P ¿Se ve avivando a las masas en sobre un escenario?

R La verdad es que no a ese nivel. Yo siempre me he considerado un músico de club, vengo de ahí. Cuanto más grande es el espacio, menos nítida sale la música.

P ¿En España se valora al músico de sala?

R Se tendría valorar más. Si no hubieran pequeñas salas que programasen a bandas, nadie tocaría en estadios. Sufren mucha presión de los ayuntamientos y tendrían que estar ya no cuidadas, sino no perseguidas.

P Los jóvenes tiran cada vez más hacia los festivales. ¿Si los ayuntamientos o la propia crisis no han podido acabar con las salas, lo acabará haciendo el descenso de espectadores?

R Lo de joven es un término muy relativo. Además, es normal que no estén interesados en lo que solía hacer antes. La proliferación de festivales hace que el ambiente de los grupos y de los fans deje las salas para concentrarse en los certámenes de música. Sin embargo, sigo siendo fiel al público de las salas y el de los teatros.

P Sus letras son muy íntimas, incluso autobiográficas. Como «La casa de mis padres, el tema que dedicó a sus padres fallecidos y que cierra el disco. ¿Se ha sentido desnudo alguna vez ante el ambiente íntimo de una sala?

R Sí, precisamente es lo que me mueve a componer canciones. Me encanta, y no me da pudor. Utilizo las canciones como vehículo de comunicación en su forma más primitiva. Es por ello que me siento muy identificado con la figura del bluesman.

P ¿Seguirá vinculado a Los Detectives?

R Ojalá, porque es la mejor banda que he tenido en mi vida. Hay una conexión muy especial entre nosotros, y nos cuidamos mucho fuera del escenario. Han sido muy generosos conmigo.

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