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Fundación Bancaja acogió en 2007 la muestra 'Sorolla. Visiones de España'.

Arte

La Fundación Bancaja intentó impulsar hace 5 años un Museo Sorolla en València

El proyecto quedó truncado por la negativa de Blanca Pons Sorolla, presidenta de la Fundación, de ceder obras procedentes del museo madrileño

Aunque Joaquín Sorolla decidió establecerse en Madrid, el «maestro de la luz» nunca ha dejado de ser profeta en su tierra. El gran éxito de sus exposiciones en València, como la realizada en 2007 con grandes piezas de la Hispanic Society, hizo que la Fundación Bancaja viera en la figura de Sorolla un filón para asegurar su futuro tras la intervención de la caja de ahorros. El objetivo de la entidad en 2012 era impulsar un Museo Sorolla en València con sede en la Fundación Bancaja, ubicada en la plaza de Tetuán del Cap i casal, para exponer de manera permanente 16 obras de su colección con otras cedidas por la Generalitat, la Diputación, el Ayuntamiento de València y coleccionistas privados.

El proyecto podría garantizar en su momento la supervivencia del Centro Cultural Bancaja -con una veintena de trabajadores en plantilla y con un coste de mantenimiento elevado- y llenar un vacío en el sector cultural valenciano, desprovisto de una entidad con el apellido Sorolla. El entonces presidente de la Fundación Bancaja, José María Mas Millet, y el patronato mantuvieron conversaciones con todos los propietarios de sorollas en la Comunitat Valenciana. La mayoría se mostraron partidarios de ceder sus obras a una posible sede valenciana del legado del pintor. Incluso la familia Lladró dio luz verde a ceder algunas de sus pinturas.

María José Catalá, exconsellera de Cultura, anunció que el Museo Sorolla estaría listo en 2014, ya que por aquel entonces, en 2013, ya existía un convenio de colaboración entre estas entidades "casi acabado". Catalá aseguró haber mantenido conversaciones con el Ministerio de Cultura para el traslado de la obra de Sorolla del Museo de Bellas Artes de València a la Fundación Bancaja. Sin embargo, fue precisamente la familia Sorolla quien dinamitó las ilusiones de las entidades valencianas.

La bisnieta del pintor y presidenta de la Fundación Sorolla, Blanca Pons Sorolla, fue reacia a repartir el legado del pintor fuera de Madrid. La respuesta de la presidenta frustró los planes de la Fundación Bancaja y obligó al público valenciano a conformarse con grandes exposiciones temporales como la que alberga ahora la propia entidad de la plaza de Tetuán, «Sorolla. Un jardín para pintar», que permanecerá en el centro cultural hasta el próximo mes de marzo.

La intención de la Fundación Sorolla era concentrar todo el interés mediático en Madrid, donde el pintor estableció su residencia. De hecho, es en la capital donde se ubica el Museo Sorolla, con un fondo pictórico compuesto por 1.300 obras, y el lugar de estudio de la figura del pintor, tal y cómo planearon la viuda y los hijos de Sorolla. Más que un Museo Sorolla valenciano, el deseo de la familia respecto a la ciudad natal del pintor era fomentar y ampliar la sala Sorolla del Museo de Bellas Artes de València. Sin embargo, esta ha vivido un "desmantelamiento" progresivo en cuanto a sorollas, ya que el museo ha descolgado de su sala tanto obras procedentes de colecciones privadas -como Cabeza de italiana o Adelfas en el patio de la casa de Sorolla- como propias, ya que la Diputación de València o el Museo Thyssen pidieron obras al San Pío V para exposiciones temporales.

Colaboración "imprescindible"

Ante una sala que pierde fuelle por la falta de sorollas, el debate sobre un posible museo valenciano dedicado al pintor vuelve a las mesas de reuniones de las instituciones valencianas.

Tal y cómo publicó ayer Levante-EMV, existen unas 150 obras de Sorolla en territorio valenciano, incluyendo a aquellas pertenecientes a colecciones privadas. El Museo de Bellas Artes de València es una de las instituciones con más obra del pintor -42 obras y 11 dibujos- seguido de la Diputación de València -con una veintena de obras-, el Ayuntamiento de València -con tres obras en el Museo de la Ciutat- y el IVAM -con dos pinturas-.

Pese al gran número de piezas que permanecen en territorio valenciano, estas no son suficientes para fundar un Museo Sorolla en el Cap i casal, tal y como aseguran fuentes consultadas por este periódico cercanas a las entidades que trataron de impulsar junto a la Fundación Bancaja el museo valenciano. Según señalan, la colaboración de la Fundación Sorolla es "imprescindible" para dar "coherencia" a una futura colección a través de convenios de colaboración que permitan la cesión de obras de manera permanente o temporal. Estas mismas fuentes indican que la Generalitat "debería mediar ahora para que este tema volviera a estar sobre la mesa", con tal de que Sorolla vuelva a casa para quedarse.

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