P ¿Qué pasará después del último bis de esta noche? ¿Vendrá otro hasta luego, u os ha vuelto a entrar el gusanillo?
R Va a ser un hasta luego, pero no como la otra vez. De hecho, de cara al año que viene estamos intentado ya cerrar festivales y tal. Una vez la maquinaria se ha engrasado, tampoco íbamos a parar de golpe.
P ¿Por qué parasteis en 2013?
R El cansancio general. Llevábamos muchísimo tiempo grabando discos sin parar, recorriendo todo el país sin decir que no a nada, y llegó un momento en el que nos vimos sin un mánager al que culpar de nuestros problemas y haciendo la faena más desagradable. Y antes de que cualquiera de nosotros decidiera marcharse decidimos tomarnos un respiro hasta que nos volviera a apetecer.
P ¿Y qué os llevó a volver 5 años después?
R La amistad y la relación siempre la hemos mantenido. Un día quedamos a comer y Álvaro, el bajista nos recordó que iba a ser el décimo aniversario de «Destino perdición» y que volver a salir de gira podía ser una bonita manera de celebrarlo. Todos nos quedamos callados, mirándonos a ver quién respondía primero, hubo un poco de presión por parte de nuestras chicas, y al final nos decidimos.
P O sea, que con el visto bueno de vuestras parejas ha sido más fácil...
R Sí, fueron ellas las que nos dijeron: venga va, volved que tenéis ganas todos. Y la verdad es que sí, echas de menos muchas cosas. Además de la química que tenemos, echas de menos al público que te ha arropado durante muchos años o a los técnicos que han formado parte del equipo desde siempre
P ¿Cómo contribuyó al cansancio el ser una de las bandas más populares del rock duro nacional y, pese a ello, seguir sin poder vivir de la música?
R Desde el principio tienes asumido que es supercomplicado vivir de esto. Pero sí, es duro contrastar como el público y la crítica te ponen siempre ahí arriba pero el lunes tienes que volver a trabajar.
P ¿Los años de parón os han permitido darle más valor a algunas de las cosas que hicisteis o quitárselo a otras?
R Nosotros hicimos lo que pudimos dentro de nuestras posibilidades y sin dejar de ser cómo éramos. En ese sentido, yo no hubiera cambiado nada de lo que hicimos. Pero al parar es cuando te das cuenta de que es difícil llegar a dónde llegamos nosotros. Ahora las bandas que empiezan tienen superdifícil ya no vender discos, sino meter más de 50 personas en una sala. Nosotros en su día sí conseguimos llenar las salas, y ahora lo estamos volviendo hacer.
P ¿Por qué «Destino perdición» merece una gira de aniversario y otros vuestros no?
R Fue un punto y aparte. Firmamos un contrato editorial con EMI y nos permitió grabar en Musicland, que es uno de los mejores estudios del país. Y la repercusión de aquel disco no es comparable a otros. La mayoría de seguidores dice que es su disco favorito y sus canciones siguen siendo la base de nuestros directos.
P ¿Qué importancia tuvo para la escena del rock duro valenciano?
R Durante esa gira llevamos de teloneros por todo el país a grupos valencianos que eran amigos nuestros, como Stone Circus, Babylon Rockets, Sweet Little Sister... Eso se nos permitió hacer porque el disco estaba funcionando y la gente venía a nuestros conciertos.
P ¿Hay ahora una escena del rock duro en València como aquella?
R Es complicado. Hay un montón de bandas superbuenas... Pero lo que no hay, y creo que nunca lo ha habido, es apoyo institucional e industria. Cuando había industria, estaba en Madrid y Barcelona. Y en Euskadi siempre han tenido apoyo institucional. Pero aquí no hay de ninguna de las dos cosas. Uzzhuaïa nunca ha tocado en ninguna fiesta local en València. Estamos al margen de las instituciones valencianas mientras somos un grupo referente fuera de aquí. Es triste que nunca ninguna institución se ha acordado nosotros, pero hemos sobrevivido perfectamente.
P ¿Las instituciones en Valencia suelen apoyar a los músicos «indies» o folk y siempre se dejan fuera al rock duro?
R Es cierto que el «indie» siempre se ha visto bien, porque ha tenido público. Pero también es curioso que nosotros hemos llenado siempre en Madrid y aquí nos cuesta más, y a lo mejor tiene que ver con esa falta de apoyo. A veces sí me pregunto por qué hay algunas bandas que no llenan tanto y siempre están ahí y a nosotros nunca nos llaman para nada.